El régimen de Nicolás Maduro es incapaz de reconstruir la otrora poderosa industria petrolera de Venezuela. El último Informe mensual del mercado petrolero de la OPEP, ubica la producción de petróleo del país en 431.000 barriles por día.
Por Primer Informe
La destruida infraestructura petrolera venezolana no es más que un cascarón oxidado. Opera de manera intermitente y causa considerables daños ambientales. Lo único constante son los derrames de crudo.
La inyección masiva de capital, tecnología, experiencia y mano de obra calificada que puede revivir la producción de PDVSA solo provendrá de las grandes petroleras occidentales. Eso si pueden ser tentadas a invertir en el depauperado e inseguro país.
La gigante Chevron es la que está en una posición ideal para hacer ese trabajo. La compañía tiene aproximadamente 100 años operando en Venezuela. Y permanece en el país devastado por los conflictos mucho después de que sus rivales lo abandonaras.
Los activos venezolanos de Chevron bombearon 23.000 barriles netos por día durante el segundo trimestre de 2020.
La empresa tiene permiso especial del Departamento del Tesoro de EEUU para funcionar, con restricciones, en Venezuela.
El principal activo venezolano de la compañía es su participación del 39,2% en Petroboscán. Esa es una empresa conjunta con la petrolera nacional PDVSA, que opera el campo Boscán, un gran activo de petróleo pesado ubicado al oeste del lago de Maracaibo.
La empresa ha incurrido en serias pérdidas para continuar en el país suramericano. A pesar de la presión de Washington y el enorme cargo por deterioro, Chevron sigue comprometida con operar en una Venezuela devastada por la crisis.
Apuesta a un futuro sin chavismo
El futuro de las empresas de Chevron en Venezuela está parcialmente en manos del presidente Joe Biden. Se espera que la nueva administración tenga un enfoque mas suave hacia la dictadura chavista.
Chevron, que tiene una larga historia de navegar con éxito en entornos geopolíticos difíciles, tendrá la ventaja de ser el primero en moverse una vez que Venezuela esté abierta a la inversión de compañías energéticas extranjeras.
Maduro también está intentando conseguir inversionistas y ha dicho que va aabrir el sector de hidrocarburos de Venezuela al capital privado para revivir la producción de PDVSA.
Ahora que la economía de Venezuela está hecha trizas y la columna vertebral económica del país se ha derrumbado, Maduro está reconociendo la necesidad de tecnología, capital y mano de obra extranjeros para reconstruir el sector petrolero.
La industria petrolera de Venezuela es esencialmente la única parte de una economía quebrada que aún funciona, aunque mal, y se convertirá en una poderosa palanca para reconstruir el país destrozado.
Con información de Oil Price
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