Muchas veces he escuchado que en cualquier lugar se está mejor que en Venezuela, y puede que sea cierto, pero el camino nunca ha sido de flores. A lo largo de la ruta hacia el escape del chavismo, se lucha contra la ansiedad, la tristeza, y las secuelas de vivir durante el declive del país que prometía ser potencia durante el siglo XX.
Lucho Suárez | La patilla.
“Me siento frustrada“, dice Kari Malavé, una joven venezolana de 25 años quien se encuentra actualmente en Nuevo Laredo, la ciudad fronteriza con Estados Unidos de más importancia del estado de Tamaulipas, al noreste de México.
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Aún estando lejos de Venezuela, Kari se siente frustrada porque nunca ha conocido lo que se siente ser completamente libre, no sabe lo que es vivir en otros aires que no sean los de la crisis generada por el fallecido presidente Hugo Chávez y consolidada por su obediente pupilo, Nicolás Maduro.
La criolla se mantiene a la espera de que se cumpla el Protocolo de Protección Al Migrante (PPM) para ingresar a la nación de las barras y las estrellas, y así buscar las nuevas oportunidades que brinda la nación administrada por Donald Trump, pero el “achante” se volvió hostil.
Kari es una de las extranjeras que fue detenida y devuelta a México por el servicio de migración de los EEUU.
Tiene seis días vistiendo la misma ropa, desaliñada, sucia y visiblemente afectada.
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“Según el presidente Trump, había una ley la cual estaría resguardada en México, ¿Pero resguardada en qué? Los secuestradores me tiraron al río, me quitaron todo y me desmayé. Al despertar le pedí a Dios que me ayudara a poder llegar a EEUU y volver ver a mis hermanos después de tantos años, (quiebra en llanto) son tres hermanos que huyeron de la dictadura de Chávez y Maduro, tres hermanos que no he podido ver, abrazar y compartir los mejores momentos (…) estoy cansada, de perder la fe y que nos cierren las puertas“.
Pese a su llanto y peticiones, los oficiales le manifestaron que no podían hacer nada.
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“Aún en México, estoy frustrada por quizás no haber logrado lo que tanto quería, estar en EEUU“, dijo a través de una entrevista para Celia Mendoza, periodista de VOA.
Asimismo, agregó que: “Me siento mal porque pensé llegar al país con mas seguridad y libertad, con una libertad que no tuve en mi país, con una libertad que anhelo todos los días porque me daba miedo salir de mi casa en Venezuela y hacer cual cosa opuesta al gobierno de Nicolas Maduro que, durante 25 años me frustró la vida por completo“.
De acuerdo con datos de ACNUR, los venezolanos continúan saliendo del país para huir de la violencia, la inseguridad y las amenazas, así como la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales.
Con más de cuatro millones de personas que se encuentran viviendo en el exterior, la gran mayoría en países de América del Sur, éste es considerado el éxodo más grande en la historia reciente de la región.
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Nadie dijo que sería fácil separarse de sus raíces, pero la lucha por sobrevivir cobra otro sentido viendo la dictadura chavista “de lejitos”.
Video de Celia Mendoza || VOA
Con información de La Patilla