Cada día más ciudadanos europeos viven bajo nuevas restricciones, prohibiciones y recomendaciones para contrarrestar una segunda ola de contagios y muertes por Covid-19 que los países intentan frenar antes de Navidad.
El director de la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, el belga Hans Kluge, admite que el continente vive una «explosión» de casos, con una tasa de mortalidad que «crece poco a poco». En una entrevista con la agencia francesa AFP, asegura que según los datos de la OMS «vemos una explosión (…) en el sentido de que solo han sido necesarios un par de días para ver cómo la región europea registraba un incremento de más de un millón de casos».
Aunque las nuevas medidas son en general menos restrictivas que en primavera, ya que los colegios, por ejemplo, suelen mantenerse abiertos, los gobiernos comienzan a implantar, ya sea de manera nacional, regional o local, confinamientos estrictos que, salvo excepciones, obligan a quedarse en casa todo el día.
La medida más extendida, además del cierre del ocio y de los comercios no esenciales, es el toque de queda, con nuevas restricciones en los países que lideran la tasa de contagio en la segunda ola, como Bélgica y República Checa, en los que han registrado récords de casos -Austria y Hungría- o muertes -Portugal-, y en aquellos que están alcanzando sus números diarios de la primera ola, como Reino Unido, Francia e Italia.
REINO UNIDO
Ante unos datos al alza que dejan al Reino Unido rozando los 1,1 millones de casos y casi 48.000 muertes desde el inicio de la pandemia, el Parlamento británico ha aprobado el confinamiento de Inglaterra desde la medianoche hasta al menos el 2 de diciembre, con el apoyo tanto del gobernante Partido Conservador como del opositor Laborista.
56 millones de habitantes deberán quedarse en casa salvo por motivos concretos (entre los que se incluye, además de ir al médico o cuidar a mayores, el ejercicio al aire libre) y durante cuatro semanas estarán cerrados establecimientos no esenciales (tiendas de ropa, gimnasios y peluquerías) y los bares que no ofrezcan comida para llevar, pero guarderías, escuelas y universidades permanecerán abiertas, al contrario que en el primer confinamiento.
ITALIA
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció el cierre desde el viernes de las regiones de Lombardía, Piamonte, Valle de Aosta (norte) y Calabria (sur) y un toque de queda a nivel nacional a partir de las diez de la noche y hasta las cinco de la mañana, para frenar la segunda ola en un país con más de 790.000 contagios y más de 39.000 muertes desde que comenzó la pandemia.
Las nuevas medidas, que estarán en vigor hasta el 4 de diciembre y que incluyen el cierre de cines, teatros, gimnasios, museos, exposiciones y salas de conciertos, divide además Italia en tres zonas con restricciones más o menos severas en función del riesgo de contagio que presentan: rojo (elevada gravedad, con un confinamiento más restrictivo), naranja (riesgo medio-alto, cierre entre municipios) y amarillo (riesgo moderado).
Los presidentes de las regiones clasificadas «zonas rojas» han expresado su indignación por la medida, con el presidente de Lombardía, cuya capital es Milán, calificando de «bofetada para todos los lombardos» esta decisión y discutiendo los parámetros que han guiado al Ejecutivo, unas dudas que también han planteado los consejeros regionales de Calabria y el presidente de Piamonte.
PORTUGAL
Desde el miércoles, 121 municipios que aglutinan a 7,1 millones de personas, el 70 % de la población lusa, e incluyen a Lisboa y Oporto, están bajo un confinamiento parcial que establece el «deber cívico» de quedarse en casa a menos que sea para realizar actividades esenciales. Las escuelas, el comercio, la hostelería e incluso los centros culturales permanecen abiertos.
Portugal registró en la última jornada un máximo diario de positivos (casi 7.500) y 59 muertes, mientras el presidente Marcelo Rebelo de Sousa mantiene reuniones con los partidos y agentes sociales para conocer sus posiciones sobre un nuevo estado de emergencia, el nivel de alerta máximo en el país. Aunque las restricciones no serían tan estrictas como en primavera, la declaración del estado de emergencia otorgaría cobertura legal al Gobierno luso para avanzar con más medidas, una petición del primer ministro, el socialista António Costa.
GRECIA
Tras registrar ayer su peor jornada desde el inicio de la pandemia, con 2.600 contagios en un día -alcanzando un total de 47.000-, Grecia se prepara para adoptar más medidas a partir de hoy. Especialmente preocupante es la situación en el norte, con la segunda ciudad del país, Sálonica, en un confinamiento casi total que además de prohibir la salida de la provincia, incluye el cierre de los comercios, restaurantes, la enseñanza secundaria, la cultura y el deporte. Solamente algunos de estos cierres también se han implantado en Atenas, aunque el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, se plantea medidas más restrictivas en la capital ante el posible colapso de la sanidad. En todo el país rige además un toque de queda desde la medianoche hasta las cinco de la mañana.
AUSTRIA
Con máximos de contagios diarios y un sistema hospitalario al borde de su capacidad, Austria impuso el martes un nuevo confinamiento parcial que incluye el cierre de las actividades de ocio, incluidos bares y restaurantes, y un toque de queda entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana. Museos, teatros, cines y piscinas están cerrados y se han anulado los tradicionales mercados de Navidad, las bodas y los cumpleaños.
BÉLGICA
Las autoridades hablan de «confinamiento», pero de momento no hay limitaciones a la movilidad durante el día en el país de Europa con mayor incidencia del virus (1.775 nuevos casos por 100.000 habitantes). En cambio, el 19 de octubre entró en vigor un toque de queda desde la medianoche hasta las cinco de la mañana, aunque su inicio se adelanta en Bruselas a las diez de la noche. Desde el lunes, todos los comercios no esenciales están cerrados y el teletrabajo se ha convertido en la norma. Tras meses de incremento constante de las infecciones, este miércoles registró una reducción de los nuevos contagios y de los ingresos hospitalarios.
REPÚBLICA CHECA
Chequia, el segundo país con la tasa más alta de contagios de la UE -1.586 casos por cada 100.000 habitantes-, mantiene desde el 28 de octubre un toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana, además del cierre de escuelas, bares, restaurantes y todo el sector del ocio y la obligación de teletrabajar siempre que sea posible.
A partir de este miércoles, se realizarán pruebas rápidas semanales a todos los ingresados y al personal de residencias para mayores para detectar de forma temprana los casos, en un país de 10,6 millones de habitantes que en este momento cuenta con casi 7.400 personas hospitalizadas, 1.134 de ellas en estado grave.
IRLANDA
Dos semanas después de convertirse en el primer país de Europa en decretar un nuevo confinamiento, Irlanda presenta datos más positivos y ha conseguido que el número R (la tasa de reproducción, que indica a cuántas personas contagia cada caso) se sitúe por debajo de 1, quince días después de decretarse un cierre nacional de seis semanas con la esperanza de poder «celebrar la Navidad», aunque manteniendo abiertos los colegios.
FRANCIA
Tras decretar el toque de queda a mediados de octubre en las zonas más contaminadas, el Gobierno fue más allá y el 30 de ese mes impuso un nuevo confinamiento nacional de al menos un mes hasta el 1 de diciembre. A diferencia del confinamiento de primavera, los colegios siguen abiertos y se permiten las visitas a las residencias de ancianos, pero los expertos reclaman un endurecimiento de las condiciones, una demanda que podría precisarse hoy tras el Consejo de Defensa del miércoles presidido por Emmanuel Macron.
Francia registró ayer 394 muertes por coronavirus, alcanzando los 38.674 fallecimientos desde marzo, y más de 40.000 nuevos contagios confirmados, tras superar el martes la barrera del millón y medio de casos. 99 de los 101 departamentos del país se encuentran en situación de vulnerabilidad ante la expansión del virus.
ALEMANIA
La canciller Angela Merkel no cesa de pedir a sus compatriotas que se queden en casa siempre que puedan. Esta recomendación viene acompañada desde el lunes del cierre de restaurantes, bares, espacios deportivos, culturales y de ocio, aunque se mantienen abiertos los comercios. Aunque Alemania ha registrado hoy casi 20.000 positivos, acercándose a los 600.000 casos desde el inicio de la epidemia, la incidencia en el conjunto del país se sitúa en los 247 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, una de las tasas más bajas de la UE.
POLONIA
También Polonia ha anunciado más medidas ante el récord de nuevos casos (casi 24.700 y 373 fallecimientos en las últimas horas) y desde el próximo sábado se cerrarán museos, galerías de arte, cines y teatros y se restringirá la hostelería. A ello se suma un mayor distanciamiento en tiendas y el cierre de aquellas que se encuentren en centros comerciales, a excepción de las de alimentación, farmacias y droguerías.
PAÍSES BÁLTICOS
Lituania decidió este miércoles implantar amplias medidas en todo el país tras el incremento de nuevos casos registrados, entre las que se incluyen el cierre de cines, teatros, museos, gimnasios y restaurantes, que solo podrán dar servicio al exterior. Aunque las escuelas primarias permanecerán abiertas, las de secundaria tendrán que impartir al menos la mitad de las clases a distancia y las universidades deberán impartir sus cursos por esa vía.
La vecina Letonia declaró el estado de alerta el viernes para imponer medidas más estrictas sobre la actividad comercial y las reuniones del ámbito privado, aunque aún no se han anunciado las nuevas restricciones. Este miércoles alcanzó un máximo diario de 313 casos y seis nuevas muertes, en un país de 1,9 millones de personas.
CIERRES EN OTROS PAÍSES
Varios países han tomado medidas restrictivas pero se han diferenciado de la primera ola al mantener abiertos los centros escolares. Como Gales, que siguió los pasos de Irlanda y el 23 de octubre instauró un nuevo confinamiento de dos semanas, donde se mantienen abiertas las escuelas primarias y algunos cursos de secundaria. En Suiza, donde se ha pedido a los habitantes del cantón de Ginebra que no salgan de su domicilio salvo estricta necesidad, los comercios no esenciales están cerrados pero los colegios permanecen abiertos.
Otra medida que están tomando los países es el toque de queda, un confinamiento nocturno para evitar mayores cierres durante el día, aunque con distintos horarios. En Hungría, donde se ha registrado un máximo de muertes diarias, el Gobierno anunció nuevas restricciones, que incluyen esta medida entre la medianoche y las cinco de la mañana, y el cierre de las discotecas.
El toque de queda en Eslovenia, de nueve de la noche a seis de la mañana, es similar al de Luxemburgo, de once de la noche a seis, mientras Eslovaquia solo lo ha implantado de una a cinco de la mañana. En Kosovo se ha implantado un toque de queda limitado a los jubilados de más de 65 años, que no podrán salir de sus casas de seis a diez de la mañana ni de cuatro a siete de la tarde.
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