Evo Morales quiere volver a Bolivia. Dice que está preocupado por la situación en su país, donde hay más de 27 muertos por los conflictos ocurridos desde las elecciones del 20 de octubre. Algunos temen por la posibilidad de que la crisis desate una guerra civil. Se encuentra exiliado en México después de la crisis política que culminó con su renuncia el 10 de noviembre, cuando fue acusado por la Organización de Estados Americanos (OEA) de haber cometido fraude. El ahora ex mandatario boliviano quiere negociar con la oposición para calmar los ánimos.
En una entrevista con el periódico neoyorquino The Wall Street Journal, el exmandatario propuso volver a La Paz para terminar su mandato, que culminaría el 22 de enero del 2020, a cambio de no presentarse como candidato presidencial en las nuevas elecciones del país.
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“La rotunda demanda de la gente movilizada es que la dictadura debería renunciar”, dijo Morales, refiriéndose al gobierno interino de la Jeanine Áñez, la actual presidenta interina quien se adjudicó el cargo durante los días de acefalía política que sufrió el país después de la partida de Morales. «Eso significa que terminamos nuestro mandato y, a cambio, no seremos candidatos [en las próximas elecciones]. Si se trata de paz, entonces no se pierden más vidas, no hay problema, renuncio [a la candidatura]. »
Es la primera vez que el ex presidente propone volver a su país para cumplir con el mandato presidencial que tendría hasta enero del año próximo. Está convencido que su destitución fue ilegal y pretender volver a su país para prevenir más violencia. Es incierto cuándo serán las nuevas elecciones pero la violencia en el país no ha socavado desde su salida. Solamente este martes, murieron al menos seis personas en enfrentamientos contra la policía. Aún más, Áñez, la senadora convertida en presidenta, ha dado luz verde a los militares para utilizar la fuerza con impunidad para “restablecer la paz” en todo el país, una medida criticada por varios grupos de Derechos Humanos.
Morales dice que fue el reporte de la OEA que desató la crisis política y social en Bolivia. Después de una fuerte controversia por los resultados preliminares de las elecciones de octubre que declaraban a Morales como ganador en primera vuelta, cientos de miles de bolivianos salieron a la calle a pedir un recuento de los votos. Los líderes opositores, Carlos Mesa y Fernando Camacho, se unieron a las protestas. Entonces, a pedido del mismo Morales, un equipo de 36 expertos electorales de 18 nacionalidades diferentes de la OEA, que ya habían sido invitados a monitorear la votación, reportaron que habían encontraron “serias irregularidades” en los comicios del 20 de octubre. Estos recomendaron que se descartara la votación y se convocara a nuevas elecciones.
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Después de que se conocieran los resultados del informe preliminar de la OEA sobre estas irregularidades, que además insinuaba que el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), había cometido fraude electoral, al presidente le llovieron los pedidos por su renuncia. Pero fue solo después de que el General Williams Kaliman, el jefe de de las Fuerzas Armadas de Bolivia, le sugirió públicamente que renunciara, que Morales decidió dejar su puesto, acusando a las FF.AA. y a la oposición de orquestar un golpe de estado. El próximo día se fue en avión a México, donde el presidente Andrés Manuel Lopéz Obrador le concedió asilo político y una plataforma para expresarse libremente sobre la situación política en Bolivia. En ese entonces, el mandatario había dicho que se iría del país para que se acabara la violencia en las calles.
En la entrevista publicada este miércoles, el ex presidente ahora dijo que estaba convencido que su presencia en Bolivia “pacificaría” la situación. Morales, quien dice que está en contacto con aliados en su país, dijo que recibió cientos de mensajes de simpatizantes, alcaldes y varios funcionarios que le suplicaron que regresara. “Evo, ven a ayuda a pacificarnos”, dijo Morales que le piden los mensajes.
Sin embargo, es poco probable que el gobierno de Áñez o los opositores como Camacho y Mesa quieran invitarlo a que retorne al palacio presidencial. El gobierno interino de Bolivia y la OEA están en negociaciones para determinar cuando se podría llamar a elecciones y un regreso de Evo Morales al país complicaría la situación aún más.
Pero la entrevista al ex mandatario aparenta ser un pedido para sentarse a negociar. El exiliado presidente cree que un acuerdo entre la presidenta interina y él sería lo único que podría evitar una catástrofe aún mayor.
Con información de Infobae
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