Las autoridades sanitarias del condado de Palm Beach (Florida, EE.UU.) emitieron este lunes una alerta sanitaria por la presencia de algas tóxicas en el lago Okeechobee, el mayor de agua dulce de este estado, cuyas descargas controladas de agua han causado la proliferación de la bacteria dañina en varios estuarios.
EFE
Una muestra de agua recogida el pasado 9 de junio del citado lago arrojó un alto nivel de toxinas, indicó en un comunicado el Departamento de Salud de Florida (FDH, por sus siglas en inglés) en el condado de Palm Beach, al norte de Miami.
Las autoridades sanitarias recomendaron a los residentes y visitantes no beber agua, nadar o practicar el esquí acuático en aquellos lugares «donde haya una floración visible» de esta alga de color verde azulado maloliente.
Tampoco se debe cocinar ni limpiar los platos con agua contaminada por estas algas, aunque se haya hervido, advirtió el comunicado.
El FDH informó, no obstante, que es seguro comer pescado capturado en lagos de agua dulce que experimentan floraciones de este tipo, aunque se debe enjuagar con agua corriente y cocinar bien.
Entre los factores ambientales que contribuyen a la proliferación de estas algas turquesas figuran los «días soleados, las temperaturas cálidas del agua, las condiciones del agua quieta y el exceso de nutrientes».
Las floraciones pueden aparecer durante todo el año, pero son más frecuentes en verano y otoño. Muchos tipos de algas verdiazuladas pueden producir toxinas.
Los Everglades, el enorme humedal localizado en el sur de Florida, se encuentra amenazado tanto por la alarmante salinización de sus acuíferos, a consecuencia del aumento del nivel de mar, como por las descargas controladas de agua contaminada del lago Okeechobee en ríos y estuarios, para evitar su desbordamiento, que han generado la proliferación de algas tóxicas en varios estuarios.
En abril pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció un importante acuerdo con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. para la construcción este año de un embalse en una zona del humedal de los Everglades, vital para eliminar miles de litros anuales de contaminantes de las descargas del lago Okeechobee.
La utilización de una gran superficie de terreno cerca del lago Okeechobee, con el fin de almacenar agua y no canalizarla hacia los estuarios, serviría para eliminar miles de litros anuales de fósforo y nutrientes contaminantes que se vierten del lago hacia otros puntos del estado.
«Firmar este acuerdo significa que estamos un paso más cerca de mover más agua limpia hacia el sur a través de los Everglades y reducir las descargas dañinas del lago Okeechobee hacia los estuarios de Caloosahatchee y St. Lucie», dijo recientemente DeSantis.
El objetivo es, ya limpias las aguas, garantizar que estas se canalicen hacia el sur, al centro del humedal, y de allí al Parque Nacional de los Everglades y la bahía de Florida, dentro de un plan general que incluye la eliminación de elementos en la autopista Tamiami Trail, de 276 millas (443 kilómetros), que obstaculizan el flujo del agua dulce hacia el sur.
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