La reunión duró unos 40 minutos. El presidente Mauricio Macri se sumó sobre el cierre y habló con David Lipton, quien quedó a cargo del timón del Fondo Monetario Internacional tras la salida de Christine Lagarde. Luego del encuentro, el gobierno argentino destacó avances y el FMI dijo que la discusión había sido constructiva.
La reunión marcó el primer cara a cara entre Lipton, Macri, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Esto desde que las primarias presidenciales de agosto cambiaron el panorama político del país, desataron un nuevo azote de los mercados, profundizaron la crisis y forzaron al gobierno a reperfilar el plan económico con una batería de medidas para contener la sangría de reservas y un nuevo rebrote inflacionario.
Desde ese entonces, el programa argentino por US$ 57.000 millones quedó en el limbo, y se postergó un giro clave de 5400 millones de dólares que, en el cronograma original, debería haber llegado a la Argentina en estos días o a principios de octubre.
El balance oficial tras la reunión entre gobierno y el FMI fue que hubo avances. Además, las negociaciones en busca de una salida al brete en el cual está ese país continuarán en Washington, ya en plena campaña. Macri, al salir del encuentro, sólo dijo que había ido «bien».
Los mercados se calmaron
El FMI indicó que la reunión había sido constructiva, y las medidas que tomó el Ejecutivo ayudaron a calmar a los mercados. Ratificó que las discusiones continuarán con reuniones técnicas esta semana y a mediados de octubre.
«Expresé nuestra intención de continuar colaborando con las autoridades. También para ayudarlas a responder a la difícil situación y los tiempos desafiantes que se avecinan», indicó Lipton, en un comunicado difundido por el FMI.
El gobierno ya ha insistido en reiteradas oportunidades que el desembolso, el último giro importante del acuerdo stand-by por unos US$ 57.000 millones anunciado hace nada más que un año, debería llegar porque se cumplieron todas las metas pactadas en el acuerdo.
Rogelio Frigerio, ministro del Interior, llegó a decir incluso que la Argentina merece el giro. Ayer, Hacienda insistió en ese punto.
«Eso es lo que compete a la Argentina. Después el Fondo tiene un board, un directorio, el líder del directorio es David Lipton. Hoy hicimos nuestra exposición, y quedamos en seguir trabajando», dijo Lacunza.
«Vamos a continuar trabajando en dos semanas en una misión técnica en Washington», agregó.
Para concretar el desembolso, el staff del Fondo debe ofrecer a los directores un panorama creíble sobre el rumbo del país, cotejar que la deuda pública sea sustentable, y que el programa esté encarrilado y tenga suficiente respaldo político.
Hoy, esas condiciones son muy difíciles de verificar. Además de eso, el Banco Central se salió del corsé monetario que se había comprometido a mantener para apuntalar una baja de la inflación. Ese desvío de las metas monetarias también requiere un reperfilamiento del programa.
El principal obstáculo
El principal obstáculo para avanzar parece ser político. El vocero del Fondo, Gerry Rice, dijo justamente a inicios de este mes en una conferencia de prensa que la incertidumbre política dificulta los avances con el acuerdo.
En Estados Unidos, el principal interrogante entre quienes miran a Argentina es quién gobernará el país a partir del 10 de diciembre, y, por ende, cuál será el rumbo de la política económica.
Macri y Sandleris regresaron a Argentina, pero Lacunza seguirá, este miércoles, las tratativas en Washington en un nuevo encuentro con Werner y el jefe de misión para la Argentina, Roberto Cardarelli.
Con información de El Nacional
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