El fenómeno migratorio de Venezuela sigue acumulando años. Con el pasar del tiempo, más y más venezolanos buscan nuevos horizontes. Esta realidad ha creado diversas tendencias particulares que han cambiado la dinámica del país. Entre ellas, resalta la práctica de enviar remesas a Venezuela.
Según organizaciones internacionales como la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unos 5,4 millones de venezolanos emigraron de su país en busca de oportunidades en otras tierras. Muchos de ellos se integraron a mercados laborales de otros países. Por lo tanto, generan ingresos que en ocasiones regresan a Venezuela en forma de remesas.
Esta nueva particularidad generó su propia dinámica en la economía venezolana. De hecho, para el año 2019 la consultora Ecoanalítica estimó que unos 3.700 millones de dólares ingresaron al país tan solo de enviar remesas a Venezuela.
Por su parte, un reporte de la think thank estadounidense Inter-American Dialogue, calcula que las remesas constituyen un 5% del PIB venezolano, una fuente de ingresos solo superada por el petróleo.
En otras palabras, el envío es una práctica empleada por la mayoría de las personas que emigran. Miles de transacciones se hacen cada mes y mucho dinero pasa por instituciones bancarias. En el proceso, grandes sumas se restan por las abultadas comisiones que cobran por operación.
Enviar remesas a Venezuela no es tan fácil como parece. Es una operación que enfrenta algunas trabas, tanto internas como externas. El sistema financiero venezolano es complicado y limita muchas complicaciones, pero las operaciones internacionales también presentan sus dificultades.
Los problemas para enviar remesas a Venezuela
Antes de lidiar con las dificultades propias de Venezuela, hay que superar un sistema bancario internacional que impone reglas inconvenientes.
El primer imprevisto y el más evidente son las comisiones. En Venezuela este problema adquiere una mayor profundidad, ya que las transacciones suelen triangularse, debido a que aún hay limitantes para hacer transacciones en divisas desde una entidad bancaria internacional.
Al enviar una suma de $200 internacionalmente, el destinatario de esos fondos puede recibir alrededor de $150, perdiendo hasta una cuarta parte del dinero. Esto se debe a las tarifas que cobran algunas entidades por sus servicios. La cifra y el porcentaje perdido, evidentemente, dependen del servicio usado.
Las transacciones internacionales comunes, que no deben triangularse, ya implican algunos problemas. Esto se debe a que, incluso cuando la operación se efectúa directamente entre dos entidades bancarias ubicadas en países distintos, los tiempos de espera suelen ser elevados.
La mayoría de las instituciones bancarias con reputación internacional en el mundo utilizan el sistema de envío de órdenes de pago de la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT). Es una organización que enlaza unas 11.000 entidades financieras en al menos 204 países distintos.
A pesar de que SWIFT permite las transferencias internacionales y ofrece ciertas ventajas como la seguridad y transparencia de las transacciones, también es una señal de lentitud.
Entre dos y cinco días suele tardar una transferencia internacional, por múltiples razones. La diferencia de marcos legales, protocolos, las relaciones interinstitucionales, la burocracia e incluso husos horarios pueden retrasar el proceso.
Teniendo en cuenta estas condiciones, el sistema bancario internacional no es demasiado efectivo en la sociedad actual, acostumbrada a la inmediatez y con el desarrollo tecnológico suficiente como para agilizar los tiempos. Por suerte, existen alternativas.
Nuevo actor en el envío de remesas: las criptomonedas
Si el sistema bancario internacional establece barreras para enviar remesas ¿Qué podría ofrecer un concepto creado bajo la premisa de solventar los problemas de la banca tradicional?
Las criptomonedas nacieron precisamente con la finalidad de evitar estas trabas bancarias. El sistema descentralizado creado por Satoshi Nakamoto con el nacimiento de Bitcoin (BTC) plantea un protocolo autorregulable y autoauditable, que permita transacciones desde y hacia cualquier parte del mundo en cuestión de segundos, con seguridad y anonimato garantizados.
Aunque parezcan demasiados puntos a favor para ser cierto, Bitcoin lo logró. Y no solo eso, sino que posteriormente, algunas otras criptomonedas optimizaron esta fórmula. Como consecuencia, hoy en día existen muchas alternativas para efectuar transferencias internacionales.
Las criptomonedas facilitan las operaciones de forma inmediata, con bajas comisiones y libres con protocolos bancarios o burocracia. Además, son independientes a las regulaciones gubernamentales o las leyes de cualquier país.
Cualquier persona con acceso a internet y un ordenador o teléfono celular puede crear una ‘wallet’ (billetera digital) para enviar y recibir criptoactivos.
Teniendo en cuenta estas características, las criptomonedas son la opción más eficiente para enviar remesas a Venezuela. Aunque hay un problema que dificulta la adopción de criptoactivos: su volatilidad.
El mercado de las criptomonedas es inestable. El valor de una criptomoneda como Bitcoin puede varias incluso por cientos de dólares en cuestión de apenas horas. En un país como Venezuela, donde los ingresos son bajos y la hiperinflación hace mella en los bolsillos del ciudadano, instrumentos financieros con estas características son inviables.
Pese a la incompatibilidad con muchas criptomonedas con el sistema financiero venezolano, sí hay una que cumple con las condiciones para integrarse a la economía del país: Tether (USDT).
Tether es una criptomoneda que ancla su valor al dólar. Esto quiere decir que siempre conserva un precio muy similar al de la divisa estadounidense. Por lo tanto, adquirir petros es similar a comprar dólares.
En Venezuela, comprar Tether soluciona muchos problemas. La escasez de dólares de baja denominación, la nula infraestructura bancaria para lidiar con una dolarización de facto y las trabas impuestas por comerciantes para recibir billetes deteriorados, hacen el uso del ‘cash’ inconveniente.
En este sentido, contar con una alternativa como Tether es un alivio. En resumidas cuentas, es el equivalente a administrar dólares digitales.
Exchanges y billeteras FIAT
A pesar de las ventajas que pueda ofrecer Tether, es cierto que usarla directamente como un método de pago no es más que una fantasía. Muy pocos comercios reciben esa moneda a cambio de bienes o servicios.
Por esta razón, es necesario recurrir a una exchange que gestione el cambio de Tether por una moneda utilizable en Venezuela. La mejor respuesta a este dilema son las casas de cambio que ofrecen billeteras FIAT, como Remitano.
La plataforma de Remitano permite administras bolívares en su cartera FIAT, e intercambiarlos por criptomonedas como Tether. Esto la convierte en un sistema perfecto para enviar remesas a Venezuela. El receptor puede recibir los Tether y almacenarlos hasta que necesite cambiarlos por bolívares para pagar bienes o servicios.
Mediante las exchanges se pueden efectuar más operaciones con otras criptomonedas. El intercambio, la compra o venta son algunas de las posibilidades. Con este sistema se pueden realizar triangulaciones que permiten incluso cambiar BTC a dólar, o viceversa.
Además, no se limitan a tener utilidad a la hora de enviar remesas a Venezuela únicamente, pues son una solución para muchos países. Concretamente Remitano cuenta con presencia tanto en Venezuela como en Colombia, por lo tanto, es un canal ideal para transferir dinero entre ambos países.
Envíos de remesas entre Colombia y Venezuela
Aproximadamente unos 1,7 millones de venezolanos emigraron a Colombia, según las cifras más recientes de Migración Colombia. Este dato convierte al país cafetero en uno de los focos al hablar de enviar remesas a Venezuela.
Pero la relación de ambos países en este sentido no es unidireccional, pues también se efectúan muchas transferencias desde Venezuela hacia Colombia, muchas veces por parte de venezolanos con mejores posibilidades económicas que envían dinero a sus familiares que migraron.
Esta dinámica entre ambos países implica mayores necesidades y opciones para la transferencia de dinero. Colombia cuenta con agentes de remesas, dedicados exclusivamente al envío de dinero a otras latitudes. Algunas de las empresas más importantes en este sentido son:
- Western Union: Posee unas 461 sedes en territorio colombiano. Gestionan un 16% de las remesas que pasan por Colombia.
- MoneyGram: Operan a través de sus alianzas con Davivienda, Bancolombia, 4-72 y Supergiros. Es la segunda mayor firma que agrupa mayor cantidad de remesas en el país.
- WorldRemit: También opera gracias a agencias de Davivienda, Bancolombia, 4-72 y Supergiros.
- Xoom: Un servicio de PayPal dedicado al envío de remesas. Opera mediante Bancolombia, Davivienda, Supergiros y Grupo Éxito.
Todas estas opciones tienen un factor en común: sus altas comiciones. Por ejemplo, si se cuenta con un presupuesto del equivalente en pesos a 200 dólares americanos (USD) para enviar a Venezuela, la tasa cambiaria de MoneyGram hará que se reciban unos 346 millones de bolívares, equivalentes a unos 184 USD. Además, la tarifa a pagar por la transferencia es de unos 36.390 pesos colombianos, unos 10 USD. Por lo tanto, el dinero que recibirían en Venezuela no serían 200 USD, sino unos 174 USD.
Fuente: Moneygram
Mediante Remitano, que efectúa sus operaciones en ambos países, estas tarifas se reducen drásticamente. Las billeteras FIAT de pesos colombianos y bolívares facilitan administrar el dinero e intercambiarlo por Tether, Bitcoin, Litecoin, Bitcoin Cash, Ripple o Ethereum. Y una vez que el usuario posea criptomonedas en su wallet, puede transferirlas a otra billetera de Remitano con comisiones ínfimas.
Datos de Inter-American Dialogue indican que los venezolanos en Colombia envían a sus familias un promedio de 40 USD mensuales. De esta cantidad, podrían llegar a Venezuela unos 30 USD tras aplicar comisiones. Con Remitano, estos fondos llegarían casi en su totalidad.
Las criptomonedas podrían instaurar una nueva dinámica en la economía de ambos países. Además, se postulan como una solución a los dolores de cabezas de muchas familias a la hora de enviar remesas a Venezuela. Sin embargo, requerirán de mayor confianza y uso para lograr este objetivo.
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