Un grupo de expertos abogó este martes en Panamá por proteger a la libertad de expresión ante una oleada de desinformación y el declive de las democracias, a la vez que denunciaron un aumento de la persecución y el acoso a los periodistas en América Latina.
EFE
«El mundo de hoy atraviesa una crisis de calidad de información (…) que muchas veces distorsiona la veracidad de algunos hechos y la naturaleza virtuosa del ejercicio periodístico», dijo la canciller de Panamá, Janaina Tewaney, durante su intervención en la apertura del foro internacional sobre Democracia y Libertad de Expresión, celebrado hoy en Ciudad de Panamá.
Periodistas, políticos de la Unión Europea y América y defensores de Derechos Humanos reunidos en este evento coincidieron sobre los peligros de la desinformación y la manera en que socava la democracia y el periodismo.
También denunciaron el riesgo al que se exponen los periodistas, cada vez más amenazados por los gobiernos autoritarios, el crimen organizado y el narcotráfico.
Señalaron también que para hacer frente a la «avalancha de desinformación» y al aumento de peligros se crearon herramientas, entre ellas aplicaciones móviles, que verifican información y monitorean a periodistas en situaciones de riesgo.
«En las Américas a la prensa se la está matando como nunca y a los familiares y colegas de los periodistas asesinados se les da la impunidad de siempre», declaró el relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el colombiano Pedro Vaca.
AMÉRICA LATINA, LA REGIÓN DEL MUNDO MÁS MORTAL PARA LOS PERIODISTAS
2022 ha sido el año «más letal para la prensa en el continente desde que existen relatorías especiales para la libertad de expresión», señaló Vaca.
El director de Programación de la Casa de América de España, el español Luis Prados, recordó que el año pasado 67 periodistas fueron asesinados, de ellos 30 sucedieron en Latinoamérica (casi la mitad de la cifra global).
«La situación de la prensa en América Latina no es buena, y, de hecho en muchas partes del mundo, pero América Latina está pasando por un momento especialmente complicado», declaró Prados.
Esas cifras dan cuenta de un aumento del 50 % en comparación con el año anterior -la más alta desde 2018-, siendo México (13) y Haití (9) los países de Latinoamérica con más periodistas asesinados, según recientes estadísticas del Comité de Protección de Periodistas.
«Cubrir la política, el crimen y la corrupción está resultando tanto o más mortífero en esta región que cubrir una guerra», destacó la presidenta del Consejo Nacional de Periodismo de Panamá, Raquel Robleda.
2022 fue un año de menos libertad de expresión, pues los periodistas están expuestos a «situaciones muy difíciles y de riesgo, peligrosidad por el crimen organizado y el poder político» además de ser víctimas de «ataques bien organizados pero no identificados desde zonas oscuras» en las redes sociales, señaló el director editorial de América de la Agencia EFE, Manuel Fuentes.
GOBIERNOS AUTORITARIOS: DESINFORMACIÓN Y GOLPE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El uso de la desinformación por parte de los Gobiernos autoritarios para difundir campañas en contra de los medios de comunicación y periodistas fue una de las principales denuncias de los participantes en el foro, organizado por la Cancillería de Panamá con el apoyo de la delegación de la Unión Europea en este país y la Casa de América de España.
«Una tendencia cada vez más instalada en algunos gobernantes de tendencia populista y autoritaria de señalar, identificar y referirse a periodistas con nombre y apellidos en sus declaraciones públicas, estigmatizándolos y acusándolos de crímenes», manifestó Prados.
En el caso de Nicaragua «habría que decir que la prensa, los periodistas y los ciudadanos ya no están bajo amenazas sino están sometidos a un Estado de criminalización de la libertad de prensa», señaló el director del medio nicaragüense Confidencial, Carlos Fernando Chamorro.
Chamorro, exiliado en Costa Rica, recordó que en Nicaragua hay tres medios ilegalmente confiscados, 40 han sido cerrados y hay 8 «presos políticos vinculados a medios de comunicación».
«El Gobierno de El Salvador ha puesto en marcha una campaña sostenida de acoso, intimidación, espionaje y constantes intentos de censura al periodismo independiente», denunció el corresponsal del periódico salvadoreño El Faro, José Luis Sanz.
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