En Francia, una de cada cinco parejas no ha mantenido relaciones sexuales durante el primer mes de confinamiento (el doble que en tiempos normales), y una de cada 10 quiere poner distancia cuando termine el confinamiento, según una encuesta publicada este martes.
Si la cuarentena ha permitido que los osos panda encuentren un poco de intimidad en los zoológicos desiertos y se entreguen a excepcionales ejercicios amatorios, en las alcobas de los franceses el impacto del confinamiento estaría teniendo el efecto contrario, según un sondeo de la encuestadora Ifop divulgado ese martes.
Una de cada cinco parejas (21%) confinadas en el mismo hogar dice no haber tenido relaciones sexuales en las últimas cuatro semanas, comparado con el 10% en circunstancias normales, según el estudio.
Esta disminución es perceptible en la población en general, ya que el 44% de los franceses dicen que no han tenido relaciones sexuales en el último mes, en comparación con el 26% antes del confinamiento. Entre los solteros esta falta de sexo es por supuesto más evidente: alcanza al 87%, mientras que en tiempo normal es del 56%. El gusto de lo prohibido ha llevado en cambio al 21% de los jóvenes (25 a 35 años) a saltarse la cuarentena para reunirse con su pareja.
La masturbación sigue siendo un refugio (42% para ellas, 57% para ellos), pero lo que está claro es que la libido está en picada, con el 15% de las personas que afirman haber tenido muy pocos impulsos sexuales o el deseo de hacer el amor desde el comienzo de la cuarentena, especialmente entre los menores de 25 años (23%).
“La caída de la actividad sexual en Francia no sólo ha afectado a los solteros que se han encontrado, necesariamente, sin pareja, sino que también ha afectado a las parejas que tienen que soportar la promiscuidad y unas condiciones de vida que aumentan el riesgo de tensiones y disputas conyugales”, explica François Kraus, director de la división de Género, Sexualidad y Salud Sexual del Ifop.
“Necesito espacio”
El confinamiento dejará secuelas en las parejas: una de cada diez ha decidido que tomará distancia después del fin de la cuarentena y un 4% ha roto definitivamente.
El estar “pegados” permanentemente fue un mala experiencia sobre todo entre las parejas de menor edad. “Esta tendencia es más notable entre las parejas jóvenes, probablemente las más frágiles. Para ellos, el confinamiento ha sido un veneno y no un cemento”, sostiene François Kraus de Ifop.
En cualquier caso, los franceses estiman que su vida sexual, que ya estaba lejos de ser la que deseaban, se ha empobrecido con la pandemia. Hoy, el 26% dice estar satisfecho, comparado con el 30% antes del confinamiento. Lo mismo ocurre con las parejas, que ahora sólo están un 32% satisfechas, frente al 39% de antes.
Y mientras la proximidad obligatoria desalienta los encuentros cuerpo a cuerpo, se dispara la sexualidad digital (pornografía, sexting). Como el trabajo y el esparcimiento, la pandemia también se lleva la sexualidad a un mundo desmaterializado.
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