Los bombardeos israelíes y los combates continúan este sábado en la Franja de Gaza, donde la población palestina espera la llegada de más ayuda humanitaria, tras la adopción de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
AFP
Después de cinco días de arduas negociaciones para evitar el veto de Estados Unidos, el Consejo de Seguridad adoptó el viernes un texto que exige el envío «inmediato» y «a gran escala» de ayuda humanitaria al territorio palestino.
El documento evita llamar a un «alto el fuego», una condición inaceptable para Israel y Estados Unidos, su gran aliado, pero pide «crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades».
Su puesta en marcha suscita, sin embargo, muchos interrogantes: la ayuda humanitaria, que entra en el enclave palestino con cuentagotas desde Egipto y desde el paso de Kerem Shalom, dista mucho de las necesidades de la población, al borde de la hambruna, según la ONU.
«La decisión del Consejo de Seguridad subraya la necesidad de vigilar que Naciones Unidas sea más eficaz en la transferencia de ayuda humanitaria y de garantizar que la ayuda llega a su destino y no esté en manos de los terroristas de Hamás», afirmó en la red social X el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Eli Cohen.
– «Un paso en la dirección correcta» –
Del lado palestino, el embajador ante la ONU Riyad Mansur afirmó que la resolución es «un paso en la dirección correcta» pero que debe ir acompañado por «un alto el fuego inmediato».
Hamás, que gobierna en Gaza y está catalogado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, consideró que la resolución es «insuficiente» y «no responde a la situación catastrófica creada por la maquinaria de guerra sionista».
Israel prometió aniquilar a Hamás, tras su ataque sin precedentes del 7 de octubre en el que murieron unas 1.140 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP a partir de datos israelíes. Los milicianos también secuestraron a unas 250 personas y 129 siguen cautivas en Gaza, según Israel.
La respuesta militar israelí, por aire y tierra, ha dejado más de 20.000 muertos, sobre todo mujeres y menores, y más de 50.000 heridos, según Hamás.
En las operaciones terrestres que lanzó el ejército israelí el 27 de octubre, 139 militares perecieron.
El ejército difundió el sábado imágenes que muestran a soldados avanzando entre ruinas y abren fuego en Issa, en el sur de la ciudad de Gaza, entre disparos de armas automáticas.
«Varias infraestructuras terroristas fueron localizadas, incluyendo edificios utilizados como emplazamientos militares por Hamás, y fueron destruidas», agregó.
El ministerio de Salud de Hamás reportó un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Nuseirat, y afirmó que el ataque dejó al menos 18 muertos.
El ejército israelí «sigue con sus disparos de artillería pesada» en la ciudad de Gaza y en Jabaliya, en el norte, y también en Deir al Balah, en el centro, añadió. Los bombardeos continúan cerca de Rafah y en Jan Yunis, en el sur.
«Mi mensaje para el mundo es que nos miren, que nos vean, que vean que estamos muriendo. ¿Por qué no prestan atención?», se lamenta Wala Al Medini, una desplazada que tuvo que dejar el campamento de Bureij (centro), tras recibir un aviso de evacuación del ejército israelí.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Gaza advirtió el sábado que «ningún lugar es seguro» en el enclave.
«La gente en Gaza son seres humanos. No son piezas de un ajedrez, muchas ya se han desplazados varias veces», afirmó Thomas White, jefe de la UNRWA en el territorio palestino.
– Riesgo de hambruna –
El conflicto ha destruido gran parte de Gaza, un exiguo territorio de 362 km2 y 2,4 millones de habitantes.
Los bombardeos israelíes han forzado a 1,9 millones de personas a abandonar sus casas, un 85% de la población según la ONU.
Tras más de dos meses de guerra, sólo nueve de los 36 hospitales en el enclave están en funcionamiento y de forma parcial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pese a la nueva resolución del Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, fustigó los «obstáculos masivos» para distribuir la ayuda debido a «la forma en la que Israel está realizando esta ofensiva».
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que «la hambruna es inminente en Gaza», alertó.
A nivel diplomático, continúan los esfuerzos de Egipto y Catar para conseguir una nueva tregua, después del cese el fuego de una semana a finales de noviembre que permitió la liberación de 105 rehenes y 240 palestinos detenidos en Israel.
Pero los dos bandos se mantienen firmes en sus exigencias: Hamás pide el cese de los combates antes de cualquier negociación sobre los rehenes, e Israel excluye un alto el fuego antes de la «eliminación» del movimiento islamista palestino.
La guerra también repercutió en otras partes de la región, con incidentes frecuentes en la frontera israelí con Líbano, y lanzamientos de misiles de los rebeldes hutíes de Yemen contra buques de carga en el mar Rojo.
Un navío comercial fue alcanzado este sábado por un dron en el océano Índico, según dos agencias marítimas, precisando una de ellas que el barco estaba ligado a intereses israelíes.
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