General Motors (GM) le ha dado la espalda a Donald Trump en los últimos días de su Presidencia y ha decidido retirarse de la demanda presentada por la Administración del presidente saliente estadounidense contra California para evitar que el estado pueda fijar sus propias normas sobre emisiones y consumo.
EFE
La ruptura de GM con Trump se ha materializado en una carta que la consejera delegada de la compañía, Mary Barra, envió este lunes a grupos medioambientales a los que indica que la empresa automovilística se retira de forma inmediata de la demanda de la que también forman parte todavía Toyota, Fiat Chrysler (FCA) y otros 10 fabricantes.
Y lo que es peor para Trump, que todavía no ha reconocido la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, Barra señaló en su misiva que General Motors apoya los objetivos señalados por el mandatario electo.
«Creemos que los ambiciosos objetivos de electrificación del presidente electo, California y General Motors están alineados para responder al desafío del cambio climático y reducir drásticamente las emisiones de automóviles», explicó Barra.
El año pasado, la Asociación Global de Fabricantes, de la que forman parte compañías automotrices como GM, FCA, Toyota, Nissan, Hyundai y Kia entre otras, se alineó con la Administración de Trump en su intento de impedir que California estableciera límites a las emisiones de los vehículos que circulan en su jurisdicción.
Mientras, Ford, BMW y Honda se opusieron a los planes de Trump y en julio llegaron a un acuerdo con California para acordar estándares de consumo más rigurosos.
La decisión de estos fabricantes de sumarse a la demanda de Trump provocó que California anunciara en noviembre de 2019 que dejaría de adquirir vehículos de GM, FCA, Toyota y Nissan por su oposición a aceptar las reducciones en las emisiones de gases con efecto invernadero del estado.
Pero en las últimas semanas, GM ha revelado planes para acelerar el desarrollo y producción de vehículos eléctricos, separando la compañía de la estrategia de la Administración de Trump, que será sustituida el 20 de enero de 2021 cuando Biden tome posesión de la Presidencia estadounidense.
El pasado 19 de noviembre, GM dijo que aumentará un 35 % su inversión en vehículos eléctricos (VE) y autónomos de aquí a 2025, hasta alcanzar los 27.000 millones de dólares, lo que le permitirá lanzar 30 nuevos modelos eléctricos en todo el mundo antes de lo inicialmente planeado.
Nadie duda de que Biden, que basó su campaña electoral en reducir el consumo y producción de petróleo y en promover una revolución «verde», ordenará la retirada de la demanda contra California tan pronto como llegue a la Casa Blanca.
Toyota, otro de los litigantes contra California, señaló hoy en un comunicado que está reconsiderando su posición aunque afirmó que sigue comprometida con que los 50 estados de EE.UU. tengan estándares de consumo y emisiones comunes.
Sierra Club, una de las mayores organizaciones medioambientales de EE.UU., solicitó a Toyota y FCA a través de Twitter que sigan el ejemplo de GM y se retiren de la demanda interpuesta por Trump contra California.
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