Fuerzas de seguridad españolas disolvieron este fin de semana concentraciones multitudinarias en lugares públicos al aire libre por incumplir las restricciones sanitarias legales para la prevención del contagio de coronavirus, como número máximo de personas reunidas y uso de mascarilla si no hay distancia entre ellas.
Aunque la quinta ola de la infección sigue a la baja en España, prácticamente todo el país está aún en riesgo extremo de transmisión, con una incidencia media de 345 casos por cien mil habitantes en 14 días.
La Policía desalojó entre las noches del viernes y del sábado a más de 11.500 personas que participaban en varias concentraciones en la ciudad de Barcelona (noreste), principalmente en las fiestas del barrio de Gracia de la capital de la región de Cataluña y también en playas.
El incremento de estas aglomeraciones se debe, en buena parte, al fin del toque de queda en municipios catalanes desde el jueves pasado, cuando la Justicia rechazó prorrogar esta medida restrictiva del gobierno regional.
Este domingo, en la quinta noche consecutiva de incidentes, la Policía detuvo a diez personas y tres agentes resultaron contusionados en la ciudad costera de San Sebastián (País Vasco, norte), cuando vigilaban el cumplimiento de las medidas sanitarias; grupos de alborotadores rompieron escaparates, quemaron contenedores de residuos y lanzaron objetos.
La madrugada del sábado la Guardia Civil disolvió a 300 personas que participaban en un «botellón» en una playa de La Coruña (noroeste), una concentración ilegal para tomar bebidas alcohólicas al aire libre. EFE
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