Gustavo Petro le ha planteado a la guerrilla que llegados a este punto tiene dos caminos. El de Camilo Torres Restrepo, un cura guerrillero que militó en esa organización y fue pionero de la Teoría de la Liberación, o el de Pablo Escobar, el narcotraficante que en los años ochenta le echó un pulso a Colombia con un ejército de sicarios.
Por El País
El diálogo entre el Gobierno y la guerrilla se encuentra en estos momentos en un punto muerto después del rifirrafe entre ambos a cuenta de que el presidente, sin haberlo acordado antes con la organización armada, anunciara un alto al fuego de seis meses que entusiasmó el mundo entero.
La dicha duró tres días, lo que tardó el ELN en desmentirlo. Desde ese momento no se ha puesto fecha oficial al segundo ciclo de conversaciones que se celebrará en México —este periódico anunció como fecha tentativa el 12 de febrero—, después de haber tenido un ciclo en Venezuela. De acuerdo a la revista oficial de la guerrilla, no se pueden reanudar los diálogos mientras no se aclare antes por qué Petro hizo ese anuncio por su cuenta y no lo consensuó. En paralelo, el propio Petro y su Gobierno tienen prisa en desencallar la situación. Este tiempo muerto les desespera. El presidente ve urgente conseguir un alto al fuego para acabar con las muertes en las regiones, uno de sus objetivos más claros. Como muestra de lo que puede ocurrir mientras esto no pase, ahí están los diez muertos en un enfrentamiento entre el ELN y las disidencias de las FARC esta semana.
Petro le habló a la guerrilla en Twitter con una claridad a la que no se acostumbra en un proceso de paz. Ahí le presentó la dicotomía de continuar los pasos de un mártir del catolicismo o los de un asesino cruel como Escobar. Las guerrillas iniciaron su andadura en Latinoamérica por cuestiones ideológicas, pero muchas de ellas han degenerado en carteles de la droga. En Colombia, tanto las FARC y el ELN, según los expertos, han utilizado el negocio de la cocaína para financiar su lucha.
Debajo del tuit en el que decía eso, venían las declaraciones del presidente del Congreso, Roy Barreras, uno de los hombres de confianza del presidente. Barreras hacía un alegato brutal sobre el cruce de caminos en el que se encuentra la guerrilla: “El ELN empezó su insurgencia hace 60 años, con unas ideas que suponían unas exigencias sociales. Es la primera vez que se encuentran un Gobierno progresista de izquierda democrática. Esa oportunidad no la pueden perder. O pasan a la historia como constructores de la paz total aceptando la mano generosa del presidente Petro o pasan a la historia como la guerrilla que se degeneró en narcotráfico solamente aportando dolor y secuestro”.
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