El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este jueves un «aumento enorme» de la financiación necesaria para adaptarse a la crisis climática e instó a los países desarrollados a asumir la mayor parte de esa carga.
Guterres reaccionó así a la publicación de la novena edición del Informe sobre la Brecha de Adaptación, del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), que insta a los países a incrementar «drásticamente» sus esfuerzos de adaptación al cambio climático para atajar los crecientes impactos medioambientales.
«El informe de hoy sobre la brecha de adaptación es claro: la calamidad climática es la nueva realidad. Y no estamos a la altura», subrayó el secretario general tras la divulgación del documento del PNUMA, con sede en Nairobi.
«La Tierra está en llamas. Y la humanidad está expuesta», subrayó el secretario general, al recordar que este año el planeta ha sufrido «el día más caluroso y los mares más calientes de la historia».
Como ejemplo de calamidades climáticas, el ex primer ministro portugués también señaló que «las inundaciones agravan la crisis en el Sahel y causan estragos en España, donde, según se informa, en tan solo ocho horas cae la cantidad de lluvia de un año» en las riadas que sacudieron la semana pasada la Comunidad Valenciana.
«Detrás de cada uno de estos titulares, hay una tragedia humana, destrucción económica y ecológica y un fracaso político», aseveró el jefe de la ONU, al incidir en que «la catástrofe climática está golpeando la salud, ampliando las desigualdades, dañando el desarrollo sostenible y sacudiendo los cimientos de la paz».
A su juicio, los más afectados son los «más vulnerables» y los contribuyentes «están pagando la factura», mientras los «proveedores de toda esta destrucción, en particular la industria de los combustibles fósiles, cosechan enormes beneficios y subsidios».
Ante esa situación, precisó, se prevé que la brecha entre los fondos necesarios para la adaptación y los fondos disponibles para los países en desarrollo alcance los 359.000 millones de dólares (cerca de 334.000 millones de euros) al año en 2030.
Y exigió «acciones urgentes», como un «aumento enorme de la financiación de la adaptación de fuentes públicas y privadas».
«Todos los países -enfatizó- deben tener los medios para protegerse de los extremos climáticos y aprovechar los beneficios de la adaptación para impulsar el progreso en los objetivos de desarrollo sostenible».
El secretario general destacó la necesidad de que los países desarrollados «dupliquen la financiación de la adaptación a por lo menos 40.000 millones de dólares (37.000 millones de euros) al año para 2025, un paso importante para cerrar la brecha financiera».
Abogó también por «desbloquear un nuevo objetivo de financiación climática» en la Cumbre de la ONU para el Cambio Climático (COP29), principal foro político sobre el clima, que se celebrará en la capital de Azerbaiyán, Bakú, del 11 al 22 de noviembre próximos.
El político portugués, además, se mostró favorable a impulsar «la acción en materia de deuda» y aumentar la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo.
«El informe de hoy estima que los países en desarrollo (…) están gastando más en pagos de intereses de la deuda de lo que necesitan para la adaptación», señaló.
«La crisis climática -concluyó- ya está aquí. No podemos posponer la protección. Debemos adaptarnos. Ahora». EFE
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