Las autoridades mexicanas hallaron diez cuerpos calcinados dentro de un vehículo abandonado en una carretera del municipio Chilapa Álvarez, en el sureño estado de Guerrero, confirmó este sábado la Fiscalía estatal.
Agentes policiales y militares acudieron el viernes al lugar de los hechos tras recibir el aviso de que una camioneta estaba incendiándose en el camino rural, donde la Fiscalía General del Estado de Guerrero comenzó las investigaciones para esclarecer el crimen.
De acuerdo con la prensa local, los diez asesinados eran integrantes de un grupo de músicos indígenas que regresaban de tocar cuando fueron interceptados por hombres armados en un retén instalado en la carretera a la altura de la comunidad de Mexcalzingo.
Se sospecha que los responsables del crimen fueron integrantes del grupo criminal de Los Ardillos, que mantiene enfrentamientos con policías comunitarios de la zona y con otras bandas criminales.
En el estado de Guerrero, uno de los que registran mayor violencia y actividad de narcotráfico, operan al menos una veintena de grupos armados, entre autodefensas, policías comunitarias y carteles de las drogas, de acuerdo con fuentes oficiales.
Muchas de estas bandas criminales, como los Ardillos, los Rojos, el Cartel Jalisco Nueva Generación, el Cartel del Sur, los Tequileros, se disputan el control de las zonas de producción, de trasiego y de venta de las drogas en las siete regiones en que se divide el estado mexicano
El pasado 15 de enero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se mostró «preocupado» por la violencia en el país pero «optimista» al estimar que para finales de año se reducirá la criminalidad en el país.
México registró 31.688 asesinatos en los primeros once meses del 2019, un 2,7 % de aumento en relación con el mismo periodo del 2018, según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De continuar con esta tendencia, 2019 cerrará como el más violento en México desde que empezaron los registros hace más de dos décadas, al superar los más de 33.000 muertos de 2018.