El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, bajo control de Hamás, acusó el lunes al ejército israelí de «bombardear y destruir» el único hospital que aún funciona en el norte del territorio palestino, donde reportó numerosos heridos.
El ejército israelí afirma estar verificando estas informaciones y dijo que estaba operando «contra la infraestructura y los agentes terroristas en el norte y el centro» de Gaza.
Las tropas israelíes lanzaron una nueva ofensiva en ese sector el 6 de octubre, para evitar que el movimiento islamista palestino Hamás reconstituya ahí sus fuerzas.
Hosam Abu, director del hospital Kamal Adwan, situado en Beit Lahia, en el norte, dijo que la situación era «catastrófica» y que el ejército no se comunicó con el centro de salud «antes de atacarlo directamente».
AFP
«Hay varios miembros de nuestro personal que fueron heridos y no podemos abandonar el hospital», advirtió, tras más de un año de guerra entre Israel y Hamás, que provocó una grave crisis humanitaria en el territorio.
Además del conflicto en Gaza, Israel también libra una ofensiva en Líbano contra el movimiento Hezbolá, aliado de Hamás.
La formación político-militar, afín a Irán, abrió hace más de un año un frente con el Estado hebreo, que desde septiembre se convirtió en guerra abierta.
El ejército israelí afirmó que golpeó el lunes el cuartel de inteligencia del movimiento libanés en Siria, en un bombardeo en la capital Damasco.
Israel también notificó el lunes a Naciones Unidas que cancelará su cooperación con la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA), considerada la «columna vertebral» de la ayuda en los territorios palestinos ocupados.
– «No hay alternativa» a la Unrwa –
Las actividades de la agencia ya habían sido proscritas en Israel y en los territorios palestinos ocupados tras una decisión del Parlamento israelí la semana pasada.
El acuerdo entre ambos se selló en 1967, cuando empezó la ocupación israelí de los territorios palestinos de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este.
Israel acusó nuevamente a «empleados de la organización de haber participado en la masacre del 7 de octubre», según el comunicado del Ministerio.
El movimiento islamista palestino lanzó un ataque sin precedentes en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que desató la actual guerra en Gaza.
Los milicianos de Hamás mataron ese día a 1.206 personas, en su mayoría civiles, y capturaron a 251, según un recuento de AFP en base a datos oficiales israelíes, que incluyen a los rehenes muertos.
De las 251 personas capturadas, 97 permanecen retenidas en Gaza, incluidas 34 que, según el ejército, están muertas.
En respuesta, Israel prometió destruir a Hamás y lanzó una ofensiva que ya dejó más de 43.000 muertos en Gaza, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio, que la ONU considera fiables.
Jonathan Fowler, un portavoz de la agencia de la ONU, advirtió que «si se implementa esta ley», se corre el riesgo de provocar «el colapso de la operación humanitaria internacional en Gaza, de la cual la UNRWA es la columna vertebral».
Israel indicó que la prohibición del organismo de operar en territorio israelí empezará tras «un periodo de tres meses».
«Simplemente no hay alternativa a la UNRWA», reaccionó Tedros Adhanom Ghebreyesus en X. La prohibición «sólo aumentará el sufrimiento» de los palestinos, añadió.
La Asamblea General de Naciones Unidas celebrará el miércoles una sesión dedicada a la Unrwa.
– «Matar a todo el pueblo palestino» –
«En la actualidad, el pueblo palestino depende casi por completo de la ayuda exterior, sobre todo de la Unrwa, y cortarla equivale a matar a todo el pueblo palestino», reaccionó Abdel Karim Kallab desde Jan Yunis, en el sur de Gaza.
Hamás, por su parte, considera que la decisión de Israel «es un intento de negar a los refugiados el derecho a regresar a sus hogares».
El ejército de Israel bombardeó de nuevo el lunes el sur del Líbano, donde las tropas israelíes lanzaron una ofensiva terrestre el 30 de septiembre.
El objetivo de Israel es permitir el regreso de unos 60.000 habitantes del norte de su territorio, desplazados por los incesantes disparos de cohetes de Hezbolá.
Al menos 1.940 personas han muerto desde el 23 de septiembre en Líbano.
Los esfuerzos diplomáticos para poner fin a estos dos conflictos han terminado en fracaso.
Hamás informó el lunes que sostuvo conversaciones en El Cairo sobre la guerra en Gaza con sus rivales de Fatah en El Cairo, un diálogo en el que también discutieron formas de avanzar hacia un consenso entre palestinos.
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