Cuba no debería ser reelegida para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuyos 15 integrantes se votan la próxima semana, debido a que «no cumple con los criterios para ser miembro del máximo órgano» a causa de sus frecuentes violaciones de los derechos de sus ciudadanos, enfatizó la organización Human Rights Watch (HRW).
En una rueda de prensa celebrada el jueves, la ONG recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informó en 2022 que agentes estatales han llevado a cabo una «sistemática represión» contra manifestantes pacíficos y disidentes cubanos, y que el Gobierno ha cometido «violaciones masivas, graves y sistemáticas de los derechos humanos».
Asimismo, enfatizó HRW que expertos en derechos humanos de la ONU también han informado sobre patrones de detenciones arbitrarias, malos tratos y tortura en Cuba, mientras que organizaciones de derechos humanos han documentado cientos de casos de presos políticos —incluyendo manifestantes, críticos, periodistas, artistas independientes y líderes de la oposición— detenidos por ejercer sus derechos humanos básicos.
«Muchos de ellos», aclaró Juan Pappier, encargado de América Latina en HRW, «maltratados en detención, algunos torturados y cientos sujetos a procedimientos que violan los derechos más elementales».
Pese a lo anterior, el régimen de Cuba busca revalidar su asiento en el Consejo en la votación del venidero 10 de octubre. La Isla está en el grupo de América Latina y el Caribe, y se disputa con Brasil, República Dominicana y Perú uno de los tres asientos en disputa. O sea, uno de los candidatos quedará fuera.
HRW enfatizó ante los medios de comunicación que durante la votación los 193 países miembros de las Naciones Unidas deberían además negarle a Rusia y China, que también son candidatas, un asiento en el Consejo.
«Cada día, Rusia y China nos recuerdan, a través de sus abusos a escala masiva, que no deberían ser miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU», afirmó Louis Charbonneau, director para la ONU en HRW.
«Ningún país del Consejo de Derechos Humanos tiene un historial intachable, pero todos los países miembros de la ONU deberían reconocer que Rusia y China han demostrado un desprecio intolerable a los criterios más básicos para pertenecer al Consejo», agregó.
La Resolución 60/251 de la Asamblea General de la ONU, que creó el Consejo de Derechos Humanos en 2006, insta a los países que votan por los miembros a «tener en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos». Además, a los miembros del Consejo se les exige «aplicar las normas más estrictas en la promoción y protección de los derechos humanos» en su país y en el exterior y a «cooperar plenamente con el Consejo».
Rusia pretende volver al organismo después de que, en abril de 2022, la Asamblea General votara para suspenderla, en respuesta a las atrocidades sistemáticas cometidas contra civiles tras la invasión a gran escala a Ucrania. Luego de que la Asamblea General suspendiera a Rusia, Moscú anunció que se retiraba totalmente del Consejo.
Por su parte, el historial de China en materia de derechos humanos también debería dejarla por fuera del Consejo, enfatizó HRW. En 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe sobre las violaciones de derechos humanos del Gobierno chino contra las comunidades musulmanas túrquicas de Xinjiang, incluyendo persecución cultural y religiosa, separación familiar, detenciones y encarcelamientos arbitrarios masivos, violación, tortura y desaparición forzada.
En esa ocasión, la Alta Comisionada concluyó que los abusos «pueden constituir crímenes internacionales, en particular crímenes de lesa humanidad».
Ninguna de las listas de los grupos Asia-Pacífico, África, y Europa occidental son competitivas, lo que significa que es probable que todos los candidatos de esas regiones obtengan un asiento en el Consejo. Mientras, en el grupo de Europa oriental, Albania, Bulgaria y Rusia compiten por dos asientos.
«Los candidatos necesitan una mayoría simple de votos para ser elegidos. Así que, aunque la lista asiática no sea competitiva, los países miembros no deberían votar por China. Sería mejor dejar un puesto vacío y encontrar un candidato adecuado más adelante que dar a un Gobierno abusivo, como el de China, la oportunidad de utilizar su pertenencia al Consejo de Derechos Humanos para seguir socavando los mecanismos de derechos humanos de la ONU», señaló HRW.
«Todos los grupos regionales de la ONU deberían ofrecer listas competitivas para las elecciones al Consejo de Derechos Humanos, de modo que los Estados miembros puedan rechazar a los gobiernos con un mal historial en esa materia», señaló Charbonneau.
«Las votaciones no competitivas de la ONU hacen de la palabra ‘elección’ una burla», subrayó.
«Los Estados miembros de la ONU deben señalar al mundo que los peores violadores de los derechos humanos no pertenecen al máximo órgano de derechos humanos de las Naciones Unidas», isistió Charbonneau. «El hecho de que violadores de derechos humanos logren un puesto, ya sea por falta de competencia o por otros medios, no deberían impedir que el Consejo de Derechos Humanos ponga el foco sobre los abusos de estos gobiernos».
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