Después de más de 10 días de presión pública, las autoridades chinas finalmente difundieron una declaración sobre el estado de la investigación sobre la brutal golpiza que sufrieron cuatro mujeres en un restaurante en Tangshan. Pero el comunicado -no muy contundente- hizo poco para calmar la indignación pública.
El ataque se produjo en la madrugada del 10 de junio y el arresto de los nueve agresores recién se concretó después de que las imágenes tomadas por una cámara de seguridad se filtraran y provocaran indignación generalizada.
El violento episodio sucedió en un restaurante en Tangshan, en la provincia norteña de Hebei, y en el video se ve cómo uno de los hombres se acerca a una mesa donde hay cuatro mujeres sentadas, y pone la mano en la espalda de una ellas.
La mujer lo rechaza varias veces, él entra en cólera y la abofetea. Ella intenta defenderse y comienza una trifulca en la que un grupo de hombres entra en el restaurante y ataca de forma brutal a la mujer y sus compañeras de mesa, lo que incluye empujarlas al suelo, darles puntapiés e incluso arrojarles una silla.
Imágenes tomadas en el exterior del restaurante muestran también cómo los agresores arrastran fuera del establecimiento a la mujer que había rechazado al hombre en un principio y la golpean violentamente mientras la mayoría de los transeúntes y clientes del restaurante se quedan mirando.
Los pagresores abandonaron el lugar de los hechos tras el suceso y algunos de ellos huyeron hasta la provincia de Jiangsu (este). Finalmente, y gracias a la presión social, nueve hombres fueron detenidos por la golpiza.
Sin embargo, desde el lunes 13 de junio nada se sabía de las víctimas. Las brutales imágenes se viralizaron y día a día la presión por información sobre el caso fue en aumento. Diez días después de la declaración inicial, el martes pasado, el departamento de seguridad pública de la provincia de Hebei finalmente emitió una segunda declaración más larga, en la que dice que dos de las mujeres, de 31 y 29 años, continúan “hospitalizadas en la sala general para recibir tratamiento, y sus condiciones han mejorado”. Las otras dos víctimas, de 24 y 29 años, no necesitaron hospitalización, agregó.
Según un informe forense citado por la policía, las mujeres hospitalizadas sufrieron “heridas leves de segundo grado”, mientras que las otras dos tenían “lesiones leves”.
El agujero negro de información de estos 10 días sembró otro temor: que las muejres hayan sido víctimas de represalias en las horas posteriores al ataque incial.
Usuarios en medios sociales condenaron el ataque y criticaron a la policía de Tangshan por tardar en detener a los sospechosos.
Algunas mujeres expresaron el sentimiento de desprotección ante agresiones machistas y denunciaron la falta de ayuda para las víctimas por parte de las personas que se encontraban en las proximidades.
Además, criticaron un doble estándar a la hora de juzgar sucesos que ocurren bajo los efectos del alcohol: “Decir que él está borracho se usa para justificar que un hombre haga cosas malas. Decir que ella estaba borracha se usa para justificar que a ella le pasen cosas malas”, reza un eslogan compartido de forma masiva en las redes.
“¿Cenar afuera ahora es tan peligroso que tenemos que llevar hombres con nosotras a todas partes?”, preguntó una usuaria de Weibo que fue de las primeras en compartir los videos de lo ocurrido dentro y fuera del restaurante.
Así, la agresión y la indignación pública reanudaron el debate sobre la misoginia y el maltrato a las mujeres en China. Otro video viral de una mujer encadenada a una pared en una choza ya provocó este año una reacción negativa del público después de que las autoridades negaran en principio que fuera una víctima de la trata de personas. Más tarde se descubrió que la habían vendido como esposa.
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