Las autoridades del condado de Manatee (costa oeste de Florida, EE.UU.) investigan este lunes una posible segunda fuga de un embalse con desechos líquidos de fosfato antes de que colapse y evitar así «un desastre» ecológico, informaron medios locales a partir de imágenes tomada por un dron.
EFE
El estado de emergencia decretado en las inmediaciones de la planta Piney Point, propiedad de la compañía HRK Holdings y en desuso desde 2001, obligó a evacuar más de dos centenares de reclusos de la cárcel central del citado condado.
Según anunció en las últimas horas Randy Warren, portavoz de la oficina del alguacil de Manatee, 267 presos fueron transferidos a una instalación correccional en el vecino condado de Polk.
Todos ellos dieron negativo a la prueba de covid-19, añadió el portavoz.
No obstante, otros 721 reclusos fueron trasladados al segundo piso de la instalación junto con un centenar de miembros del personal y equipo médico.
La oficina del alguacil espera alrededor de un pie (30,5 centímetros) de agua, de producirse una segunda brecha en el embalse de Piney Point, una posibilidad que preocupa a las autoridades por su proximidad a la bahía de Tampa.
Un dron infrarrojo identificó esta madrugada lo que podría ser «una segunda brecha» en el revestimiento de plástico que rodea un depósito en la antigua planta de fosfato, indicaron el lunes funcionarios del condado, según recoge el medio Tampa Bay Times.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, visitó este domingo la zona donde se encuentra la planta en desuso y sus estanques de retención, uno de los cuales, que contiene entre 700 y 800 millones de galones (entre 2.600 y 3.000 millones de litros) de líquido, presenta grietas y filtraciones y hay peligro de que se rompa y libere su contenido.
Tras un recorrido por aire, el gobernador anunció que 20 bombas más y 10 aspiradores se han sumado a las tareas para descargar de manera ordenada el agua de la balsa, con el fin de poder aumentar el ritmo de retirada a 35.000 galones (132.400 litros) por minuto.
Este lunes por la tarde, el embalse acumulaba menos de 300 millones de galones (1.135 millones de litros) de agua, dijeron autoridades locales.
«Me preocupa la amenaza a la seguridad pública, los hogares, las empresas y, por supuesto, la vida marina», lamentó hoy Vern Buchanan, congresista republicano por la ciudad costera de Sarasota, después de sobrevolar la zona en un helicóptero.
«Cuando veo que el agua fluye hacia la bahía de Tampa, me enferma», añadió.
En una conferencia de prensa para informar sobre el estado actual del embalse, Jake Saur, director de seguridad pública de Manatee, señaló por su lado que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y otros especialistas están en el lugar tratando de evaluar los hallazgos del dron.
Saur dijo que actualmente tienen cuatro líneas principales de extracción de agua, además de otras bombas más pequeñas. Las órdenes de evacuación, expuso, permanecen vigentes.
El bombeo del agua del estanque se estaba haciendo hasta ahora a un ritmo que vaciará el estanque en 10 o 12 días, según estimados.
PRESUPUESTO DEL ESTADO SE ENFOCARÁ EN PINEY POINT
El presidente del Senado de Florida, el republicano Wilton Simpson, y el senador Jim Boyd anunciaron hoy que han considerado una enmienda presupuestaria para acometer la limpieza y restauración total de Piney Point, que se prevé que costará más de 200 millones de dólares.
Se utilizarán fondos federales del Plan de Rescate Estadounidense para su consideración cuando la legislatura de por terminado el presupuesto del año fiscal 2021-22 a finales de este mes.
«Este es un problema que ha impactado a nuestra comunidad durante un cuarto de siglo, y estoy agradecido al gobernador DeSantis por priorizar esta limpieza y prometer que las partes responsables rindan cuentas», dijo el senador Boyd en un comunicado.
Simpson, por su parte, afirmó que «este es un problema ambiental y de salud pública que debe abordarse».
De acuerdo con una web del Departamento de Protección Medioambiental de Florida, el líquido del estanque sur de la planta de fosfatos es agua de mar del drenaje de un puerto cercano mezclada con agua del proceso industrial de la planta y agua de lluvia.
«Esta agua cumple con los estándares de calidad para las aguas marinas con la excepción de su pH (nivel de acidez) y los niveles de fósforo, nitrógeno y nitrógeno amoniacal. Es ligeramente ácida, pero no a un nivel que pueda preocupar», señala la web.
La zona fue declarada en emergencia este sábado por el gobernador DeSantis.
El administrador en funciones del condado Manatee, Scott Hopes, subrayó que el problema de los estanques de la planta de fosfatos viene de «décadas» atrás y es necesario encontrar una «solución permanente» cuando se resuelva la emergencia actual.
La organización ecologista Sierra Club lleva años pidiendo a los estadounidenses que reclamen a sus congresistas legislación para prohibir los depósitos del desecho «radioactivo» líquido que se produce al procesar las rocas de las que se extraen los fosfatos.
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