El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, afirmó hoy que en la segunda mitad de la primavera la situación epidemiológica por el coronavirus mejorará, gracias a las restricciones impuestas por el Gobierno para contener las infecciones y una aceleración en la campaña de vacunación.
«La aplicación de medidas más estrictas y el aumento progresivo del número de personas vacunadas nos llevan a pensar que ya en la segunda mitad de la primavera las cifras (de contagio) mejorarán», ha afirmado el ministro en una entrevista que publica este domingo el diario «La Repubblica».
El Gobierno italiano aprobó el viernes un decreto para endurecer las restricciones desde el 15 de marzo y hasta el 6 de abril, y que entre otras cosas impone el confinamiento de todo el país para los tres días festivos nacionales de la Semana Santa, del 3 al 5 de abril.
Además, todas las regiones que tengan una incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes pasarán a «zona roja», un régimen de confinamiento blando con todas las tiendas no esenciales cerradas.
Por eso, desde el lunes diez regiones y la provincia autónoma de Trento estarán en confinamiento, una medida que afectará a unos 40 millones de italianos, y que mantendrá escuelas y negocios no esenciales cerrados, aunque se podrá salir a la calle por motivos de trabajo, salud y necesidad, y las fábricas permanecerán abiertas.
El ministro ha explicado que «las próximas semanas serán duras» pero que el endurecimiento de las limitaciones para evitar contactos es necesario, dado el incremento de casos de coronavirus en los últimos días.
«Cuando las cifras son tan claras, cuando aumenta la presión sobre los hospitales, hay poco que hacer», apunta.
«La expectativa del gobierno y nuestros científicos es que estas medidas nos permitan controlar la curva a pesar de la presencia de las variantes. Sin embargo, se necesitan algunas semanas para ver los efectos. Por eso el decreto está en vigor hasta Semana Santa», añade.
Las autoridades italianas están preocupadas sobre todo por la rapidez con la que se extienden las variantes de COVID-19 en el país, en particular la británica, que representa el 54 % de los casos, según el último estudio de febrero del Instituto Superior de Salud de Italia, pero el ministro Speranza opinó que ahora el número seguramente sea mayor.
El responsable de gestionar la emergencia de coronavirus en Italia, el militar Francesco Paolo Figliuolo, lanzó el sábado un plan para incrementar el ritmo de vacunación en el país, con el objetivo de inocular 500.000 dosis diarias y tener al 80 % de la población vacunada para septiembre.
De momento, Italia ha inoculado 6,6 millones de dosis contra el coronavirus y casi 2 millones de personas están inmunizadas con las dos que se necesitan.
Esta semana, la Agencia Italiana de Medicamentos (AIFA) suspendió temporalmente la vacunación con un lote de la farmacéutica AstraZeneca por precaución, tras los informes sobre los problemas de coagulación diagnosticados en varios países europeos y después de que en Sicilia se registraran dos muertes de dos personas que habían recibido la vacuna.
Preguntado por esta cuestión, Speranza se ha limitado a señalar que «las vacunas en Italia y en Europa son efectivas y seguras» y que, aunque se seguirán realizando controles, la vacuna es la solución para acabar con la pandemia. EFE
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