La hija del presidente encabezó un acto de campaña para respaldar a su padre en el sur de Florida, una entidad clave a siete días de las elecciones presidenciales en EE UU.
El evento de Ivanka Trump este martes en el centro de Miami para apoyar a su padre era una fiesta antes de empezar. Los rugidos de las Harley Davidson y de los Ferrari decorados con el rostro de Donald Trump, la salsa a todo volumen y las mascarillas en la muñeca sirvieron de aviso a los asistentes: quien apoya al republicano tiene dinero, ganas de fiesta y muchas cilindradas. La canción Macho, macho man sonó después en los altavoces del escenario flanqueado por una bandera gigante de Estados Unidos. En pleno repunte de casos de la covid-19 en Florida, en uno de los núcleos hispanos del país por excelencia, la hija del mandatario ha señalado ante un anfiteatro sin apenas medidas sanitarias: “Si creen en la libertad, la única opción es Donald Trump”. Buscó así ganarse a un electorado hispano, en su mayoría de origen cubano, clave de cara a las elecciones presidenciales del próximo martes.
Desde antes de comenzar el acto, la vicegobernadora de Florida, Jaenette Nuñez resumió en una frase lo que se repitió durante una hora y media después: “Nuestras familias sufrieron el comunismo, el socialismo, sabemos lo que significa. A nosotros no nos pueden decir mentiras, ¿verdad?”, lanzó en español a unos centenares de asistentes que, aunque no llenaron el auditorio del Bayfront Park en el centro de Miami, se hicieron notar con gritos y bailes. Ivanka insistiría más tarde: “Hoy recibí un mensaje de mi padre que decía: “América nunca será socialista”, y los asistentes lo celebraron de pie con vítores.
Está claro que, al menos en el sur de Florida, los republicanos de Trump saben cómo conectar con el público hispano, que supone el 20% de los votantes. Los mítines en este rincón son la mitad en español, apenas se discuten propuestas de campaña y solo se combate a un fantasma: el comunismo. Y esa es la oferta. Para los republicanos en Miami votar al partido de Trump es votar a la democracia. No hay espacio para un debate más profundo. Así, un evento trumpista en Florida, donde para muchos cubanos cualquier atisbo izquierdista, por muy moderado que se muestre Joe Biden, es un remanente del castrismo, supone un éxito asegurado de antemano.
Los Tres de la Habana, un grupo musical de cubanos exiliados, entonaron una salsa compuesta para la campaña que resuena en cada esquina de la ciudad. El estribillo insiste: “Ay, por Dios. Yo voy a votar, por Donald Trump”. Y los asistentes, la mayoría de ellos sin mascarillas, se soltaron a bailar. Una escena que contrasta drásticamente con la rigidez del protocolo durante el acto del demócrata Barack Obama en el norte de Miami el sábado. El expresidente habló a un centenar de coches, nadie estaba a menos de 50 metros del escenario y la mayoría pudo seguirlo a través de una pantalla.
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