El fiscal general de Wisconsin, Josh Kaul, identificó este miércoles a Rusten Sheskey como el agente de policía que disparó a Jacob Blake, un hombre negro, siete veces por la espalda cuando éste abría la puerta de su auto.
El caso volvió a encender protestas en contra de la brutalidad policial y del racismo sistémico en Estados Unidos apenas semanas después de la muerte de George Floyd, otro afroestadounidense que murió al ser detenido por un policía blanco en mayo.
Según el fiscal, los agentes encontraron un cuchillo en el vehículo de Blake, pero ninguna otra arma.
Las protestas han derivado en incidentes de violencia. Este miércoles fue arrestado un joven de 17 años por la muerte de dos personas durante las protestas del martes.
Blake se recupera en un hospital y está consciente, pero sus abogados creen que será un «milagro» que vuelva a caminar de nuevo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha enviado agentes federales a la ciudad de Kenosha para combatir «los saqueos, la violencia y la anarquía en las calles de Estados Unidos», tuiteó.
El fiscal Kaul dio nuevos detalles de la investigación este miércoles.
Los agentes recibieron una llamada de una mujer quejándose de la presencia de su «novio estaba allí pero que no debía estar ahí».
Los abogados de Blake han dicho que estaba intentando «desescalar un incidente doméstico» cuando la policía apareció con sus armas.
Trataron de arrestarlo, pero después de que Blake abriera la puerta de su auto, el agente Rusten Sheskey, que llevaba siete años trabajando en el departamento de policía de Kenosha, disparó siete veces por la espalda a Blake.
«Ningún otro agente disparó», dijo el fiscal Kaul.
Blake admitió a los investigadores que tenía un cuchillo y Kaul dijo que los agentes «recuperaron un cuchillo del suelo del asiento del conductor», pero ninguna otra arma.
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