El primer ministro Fumio Kishida afirmó que el periodo hasta 2030 es la “última oportunidad” para invertir el descenso de la natalidad, que amenaza las perspectivas económicas a largo plazo de Japón, al tiempo que presentaba políticas destinadas a aliviar las cargas financieras de los padres.
En una rueda de prensa celebrada el viernes, Kishida dijo que su gobierno planea aumentar las ayudas para el cuidado de los hijos, proporcionar ayudas para la vivienda a las familias jóvenes que están criando a sus hijos, trabajar para reducir los costes de la educación y aumentar los salarios de los trabajadores más jóvenes.
“El problema del descenso de la natalidad es una lucha contra el tiempo”, declaró Kishida. Añadió que los hombres tienen que ayudar más a criar a sus hijos. Su gobierno pretende elevar la tasa de permisos de paternidad al 50% para el año fiscal 2025 y al 85% para el año fiscal 2030.
“El gobierno hará de la creación de una sociedad en la que los niños sean lo primero el objetivo común de sus políticas”, declaró el primer ministro.
Japón registró el año pasado el menor número de nacimientos desde que comenzó a llevar registros, continuando un declive de siete años que agrava aún más los retos de su sociedad, que envejece rápidamente, según mostraron los datos publicados en febrero.
El gobierno de Kishida elaborará un borrador sobre sus políticas a finales de mes y tiene previsto presentar en junio un marco para duplicar el gasto destinado a la infancia, declaró. El gobierno ha estado intentando aumentar la población activa animando a más mujeres a trabajar y aceptando a algunos inmigrantes.
Kishida añadió que la sociedad debe dejar de hacer recaer la mayor parte de la carga de la crianza de los hijos en las mujeres. Esbozó subsidios destinados a ayudar a los trabajadores a tiempo parcial a trabajar más horas sin tener que hacer frente a una barrera fiscal, y a que tanto hombres como mujeres se acojan al permiso parental tras el nacimiento de un hijo.
La falta de nacimientos significa que Japón tendrá una mano de obra más reducida y menos contribuyentes para sostener la tercera economía mundial en los próximos años. El creciente coste del cuidado de sus ciudadanos de edad avanzada, que representan una proporción de la población mayor que en cualquier otro país, está vaciando las arcas de la nación, contribuyendo a convertirla en el país más endeudado del mundo.
El gobierno asignó 4,8 billones de yenes (36.000 millones de dólares) del presupuesto fiscal de 2023 a una nueva agencia dedicada a los niños y sus familias, según informó el diario Nikkei en diciembre.
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