El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo este domingo que Estados Unidos espera que el presidente Joe Biden y su par chino, Xi Jinping, tengan la oportunidad de hablar en las próximas semanas.
Sin embargo, cuando se le preguntó en una conferencia de prensa en Tailandia si Biden y Xi podrían tener un primer cara a cara como líderes en la cumbre del G20 en Bali en noviembre, Blinken comentó que no podía anticipar lo que ocurrirá entonces.
Además, indicó que no podía decir a quién enviaría Estados Unidos a la cumbre de la APEC en Tailandia.
“Con respecto al presidente Xi y al presidente Biden, nuestra expectativa es que tendrán la oportunidad de hablar en las próximas semanas, y no puedo hablar de lo que pueda ocurrir en el otoño (boreal)”, manifestó Blinken en respuesta a una pregunta.
Estados Unidos considera a China su principal rival estratégico y afirma que el diálogo de alto nivel es importante para mantener estable la difícil relación con Beijing y evitar que se desvíe inadvertidamente hacia el conflicto.
En respuesta a otra pregunta, Blinken dijo: “Aunque tenemos muchas ganas de participar en la cumbre de la APEC (…) No puedo hablar todavía de quiénes participarán, pero Estados Unidos estará muy presente”.
El jefe de la diplomacia norteamericana hizo estos comentarios un día después de una reunión de más de cinco horas con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la isla indonesia de Bali, adonde acudió para una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G20. Durante el encuentro Blinken le transmitió a su homólogo chino que su país sigue “preocupado por el alineamiento de China con Rusia”, respecto a la invasión de Ucrania.
”Pekín dice que es neutral, pero yo les digo que es muy difícil mantenerse neutral ante una agresión así”, remarcó el secretario de Estado norteamericano sobre la posición de China frente al conflicto provocado por Rusia, a quien la segunda economía mundial “sigue protegiendo en las organizaciones internacionales y haciéndose eco de su propaganda”, añadió.
El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que la posición de Beijing quedó clara tras la llamada el mes pasado entre los presidentes chino y ruso, Xi Jinping y Vladimir Putin, en virtud de la amistad “sin límites” que defendieron a comienzos de año.
El viernes pasado Biden sostuvo que aún no ha tomado una decisión sobre si recortar algunos aranceles estadounidenses a las importaciones de China y afirmó que su Gobierno los está revisando “uno a uno”.
“No he tomado esa decisión”, afirmó el presidente de Estados Unidos a periodistas cuando se le preguntó sobre sus planes para los aranceles. “Los estamos revisando uno a uno”.
El mandatario se ha esforzado en las últimas semanas por equilibrar los deseos contrapuestos de utilizar todas las palancas posibles para aliviar la inflación y mantener la presión sobre China con el fin de obtener concesiones en las políticas económicas estatales del gigante asiático.
Las discusiones rodean los aranceles de la “Sección 301″ impuestos en 2018 y 2019 por el entonces presidente Donald Trump a miles de productos valorados en ese momento en 370.000 millones de dólares, ante el supuesto robo de propiedad intelectual estadounidense por parte de China.
Algunos funcionarios, como la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, han argumentado que muchos de estos aranceles son “no estratégicos” y aumentan los costos para los consumidores y las empresas estadounidenses. La representante de Comercio, Katherine Tai, ha dicho que son “una pieza importante de influencia” en la relación comercial entre Washington y Beijing.
Con información de Reuters
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