Una jueza estadounidense ordenó este lunes el retraso de la primera ejecución federal en Estados Unidos en 17 años, programada para más tarde en el día.
Está previsto que Daniel Lewis Lee, de 47 años, un exsupremacista blanco condenado por asesinar a una familia de tres en 1996, sea ejecutado a las 16H00 (20H00 GMT) el lunes en la prisión de Terre Haute, en el medio oeste del estado de Indiana.
Pero la jueza de ese distrito de Estados Unidos Tanya Chutkan ordenó que se detuviera la ejecución de Lee para permitir que se recurriera legalmente a los protocolos de inyección letal que deben poner fin a su vida y a la de otros internos federales.
“El bien común no es servido por pasar por alto un procedimiento judicial legítimo”, dijo Chutkan, en alusión a que no se han resuelto varias apelaciones.
Las apelaciones objetan que el protocolo de ejecución sometería a los condenados a un gran sufrimiento, en violación de la Constitución.
El Departamento de Justicia apeló de inmediato la orden de Chutkan ante un tribunal superior y la Corte Suprema puede tener la última palabra en el caso durante las próximas horas.
Lee, originario de Yukon (Oklahoma), sería el primer preso federal ejecutado en Estados Unidos desde 2003. Solo ha habido tres ejecuciones federales en el país desde que la pena de muerte fue restablecida en 1988.
Lee fue condenado en Arkansas en 1999 por asesinar a William Mueller, un traficante de armas, su esposa, Nancy, y su hija de ocho años, Sarah Powell.
Earlene Peterson, cuya hija y nieta fueron asesinadas por Lee, ha pedido al presidente Donald Trump que otorgue clemencia al condenado, pero el magnate republicano ha ignorado su apelación.
Además, junto con otros familiares de las víctimas pidió postergar la ejecución debido a la pandemia, hasta que puedan viajar con seguridad.
La administración comandada por los republicanos ha programado cuatro ejecuciones federales para este verano boreal.
En Estados Unidos, la mayoría de los delitos se juzgan a nivel estatal, pero la justicia federal puede ocuparse de los actos más graves (ataques terroristas, crímenes racistas) o cometidos en bases militares, entre varios estados o en reservas de nativos americanos.
En los últimos 45 años, apenas tres personas fueron ejecutadas a nivel federal, incluido Timothy McVeigh en 2001, responsable del atentado con bomba de Oklahoma, que dejó 168 muertos en 1995.
AFP
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