La embajadora de la Unión Europea (UE) en Nicaragua, la alemana Bettina Muscheidt, pidió este lunes no dar nunca «por sentada la democracia», en una declaración con motivo del Día de Europa, en la que resaltó el valor de las libertades públicas.
EFE
«El Día de Europa es un recordatorio de que nunca debemos dar por sentada nuestra democracia, mientras en el mundo hay tantas personas que quisieran disfrutarla simplemente como yo la vi con mis ojos frescos», dijo Muscheidt en una declaración publicada en la sección Nicaragua de la web oficial de la UE.
La embajadora europea, que inició su misión en Nicaragua en septiembre pasado, reflexionó sobre cómo vio la vida cotidiana en Europa durante un viaje reciente al viejo continente, con personas que debatían abiertamente en espacios públicos sobre decisiones gubernamentales, policías protegiendo una manifestación pacífica, o el hecho de poder comprar los periódicos y sentir el olor del papel.
Las escenas que Muscheidt observó en Europa son menos frecuentes en Nicaragua, donde las personas prefieren no criticar al Gobierno en público, las manifestaciones y reuniones necesitan permiso de la Policía, y el último periódico en papel que existía dejo de circular en agosto de 2021.
En Europa «tuve una inesperada sensación de energía, y no solo por el regreso del aire primaveral», continuó Muscheidt.
«Extrañamente, lo que me resultaba familiar me parecía de repente fresco y nuevo. De hecho, era como si lo familiar se hubiera convertido en algo muy distinto, con contornos nítidos, contornos que normalmente se borran de la memoria con la rutina diaria de la vida», señaló.
La diplomática citó otras experiencias europeas que identificó como «expresión auténtica de una sociedad democrática segura de sí misma».
Muscheidt lleva ocho meses de servicio en Nicaragua, un país que atraviesa una crisis sociopolítica desde abril de 2018, cuando masivas manifestaciones antigubernamentales fueron reducidas con ataques armados que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dejaron al menos 355 muertos.
La crisis de Nicaragua se agudizó con los comicios de noviembre pasado, en los que el presidente Daniel Ortega obtuvo una nueva reelección, con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con siete de los aspirantes a candidatos presidenciales de la oposición en la cárcel y otros dos en el exilio, un proceso cuya legitimidad fue rechazada por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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