Falta solo una semana para el fin de este ciclo electoral que culmina con las votaciones del 3 de noviembre. Con la pandemia desbocada en el país, la batalla por la presidencia en Estados Unidos parece destinada a romper récords, y no siempre positivos: es el proceso electoral en el que más dinero se ha gastado en la historia estadounidense, ha dado pie a uno de los nombramiento más rápidos a la Suprema Corte en la historia moderna y se está desarrollando en medio de los mayores récords diarios de infecciones de coronavirus. Y probablemente el superlativo más positivo: estos pueden ser los comicios con la mayor participación anticipada en más de un siglo. La mitad de los electores de 2016 ya han votado a una semana de las elecciones de este año.
Con menos de un 3% de votantes indecisos, las campañas han intentado este martes impulsar el apoyo a sus partidos con eventos en todo el país: Trump celebró tres de sus actos masivos a los que no ha renunciado en medio de la pandemia en Michigan, Nebraska y Wisconsin, mientras que Pence hizo lo propio en las Carolinas. La esposa y la hija del presidente también estuvieron activas en la campaña. La primera dama Melania Trump centró su primer acto de campaña en solitario en 2020 en hablar sobre pandemia del coronavirus. Criticó a los demócratas por supuestamente politizar la pandemia y pidió más respeto en el ambiente político porque los niños los están mirando. La primera dama cargó contra Biden, a quien describió como “socialista” por sugerir que él habría hecho un mejor trabajo para atajar la pandemia que ya ha fulminado más de 220.000 vidas en Estados Unidos. “Bueno, el pueblo estadounidense puede mirar los 36 años de Joe Biden en el Congreso y los ocho años en la vicepresidencia y determinar si creen que él finalmente podrá hacer algo por el pueblo estadounidense”, remató.
Los demócratas, que tienen una forma totalmente diferente de hacer campaña en medio de la crisis del coronavirus, con actos ante audiencias mucho más reducidas, le están apostando en esta recta final a feudos republicanos: Joe Biden hizo dos paradas en Georgia, un Estado tradicionalmente republicano, pero donde la alta movilización de los afroamericanos les hace soñar con la posibilidad de cambiarle de color. Además, esta semana, el exvicepresidente tiene previsto viajar a Iowa, mientras que su ‘número dos’, Kamala Harris, estará el viernes en Texas, dos Estados que suelen apoyar a los republicanos y donde Trump ganó cómodamente en 2016. Sin embargo, el territorio se ha vuelto competitivo y ya han votado más del 80% del sufragio total de la elección presidencial anterior. Este martes, además, la campaña de Biden contó con el impulso del expresidente Barack Obama en Orlando (Florida).
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.