La misión de la ONU en el Líbano confió este martes en que todavía queda «una pequeña oportunidad para que la diplomacia tenga éxito» al advertir que «este ciclo de violencia no terminará bien para nadie», en un momento de máxima tensión por las operaciones terrestres de Israel en territorio libanés.
«La pregunta ahora es si se aprovechará o se desperdiciará», dijo en un comunicado la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, en referencia a los esfuerzos diplomáticos destinados a detener una invasión de Israel del sur del Líbano y la violencia desatada entre el Estado judío y el grupo chií Hizbulá.
La representante de Naciones Unidas advirtió de que «cada cohete y misil disparado, cada bomba arrojada y cada ataque terrestre llevado a cabo» dinamita cada vez más las opciones de un alto el fuego y de la implementación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la organización.
Asimismo, añadió que la violencia también impide que se den las condiciones necesarias para el regreso seguro de los civiles desplazados a ambos lados de la Línea Azul, la divisoria entre el Líbano e Israel.
«Lo que temíamos se ha materializado. Con ataques en todo el Líbano, incluido el corazón de Beirut, e incursiones a través de la Línea Azul, la violencia está alcanzando niveles peligrosos», sentenció Hennis-Plasschaert.
El Ejército israelí anunció de madrugada el inicio de una serie de «incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en información precisa, contra objetivos e infraestructuras terroristas de Hizbulá en el sur del Líbano», una operación que cuenta con cobertura aérea y de artillería.
La ofensiva terrestre se produce después de una semana de intensos bombardeos aéreos contra el sur y el este del Líbano, y los suburbios meridionales de Beirut, los principales bastiones de Hizbulá en el Líbano.
EFE
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