La Policía neerlandesa elevó este lunes a “cerca de 300” el número de detenidos durante los disturbios registrados la víspera en más de una decena de municipios de Países Bajos durante unas protestas contra la aplicación del toque de queda, y subrayó sus temores a que los choques continúen en los próximos días.
EFE
Según los datos provisionales de la Policía neerlandesa, en torno a 300 personas fueron arrestadas en varias ciudades durante los enfrentamientos con los agentes, y se impusieron unas 2.100 multas por violar el toque de queda, aunque el sábado el número de sanciones superó las 3.600. “Hemos emitido menos multas ayer porque estábamos más ocupados con mantener el orden”, según un portavoz policial.
La Policía subraya la “diferencia” entre manifestantes y alborotadores durante los incidentes registrados y asegura que “en varias protestas, había gente que realmente quería manifestarse, pero también había grupos que en lo único que estaban interesados era en los disturbios, por lo que buscaban confrontación».
En la última semana, los agentes impusieron un total de 7.045 multas por no respetar las medidas aplicadas contra los contagios, como la falta de una distancia interpersonal de metro y medio, el incumplimiento de la obligación de llevar mascarilla en el transporte público, la formación de grupos en las calles y la venta de alcohol después de las 20.00 hora local (19.00 GMT), una cuestión prohibida desde mediados de octubre.
Además, en varios puntos del país, la Policía ha detenido hoy a varios jóvenes sospechosos de convocar los disturbios en redes sociales y a los que acusa de sedición, aunque no ha especificado el número de arrestados.
TEMORES A NUEVOS DISTURBIOS
Varias ciudades neerlandesas han declarado para los próximos días la situación de “emergencia” municipal para poder sacar a los antidisturbios a la calle e imponer diferentes medidas para mantener el orden público, por temores a la convocatoria de nuevas protestas que conlleven choques con los agentes y ante el aumento de llamamientos en redes sociales y foros de internet a acudir a las protestas, incluso con cócteles molotov.
El presidente de los consejos regionales de Seguridad, Huber Bruls, explicó en rueda de prensa después de una reunión con todas las regiones de Países Bajos que “no le gustaría apresurarse y prohibir todo”, tras una solicitud de la policía a restringir el derecho a manifestarse, y justificó que “eso es lo que precisamente quieren escuchar los alborotadores para decir “tenemos razón” y movilizarse”.
“Creo que deberíamos tener cuidado a la hora de restringir las libertades constitucionales en respuesta a la violencia”, explicó, enfatizando que el toque de queda y otras medidas aplicadas debido a la pandemia “ya son restricciones importantes” a estos derechos y que las protestas donde se registraron choques en Ámsterdam y Eindhoven ya estaban prohibidas.
En varias ciudades del país, los empresarios de las zonas céntricas han tomado medidas para proteger sus negocios, levantando barreras con bloques de madera para ocultar puertas y ventanas, mientras otros comercios tratan de limpiar los destrozos y piden a las aseguradores hacerse cargo de las consecuencias de la violencia registrada.
A última hora de este lunes, se han registrado enfrentamientos en la zona sur de Róterdam, donde un grupo de cien jóvenes se han dado cita para provocar disturbios con la Policía, que escribe en Twitter que “ya se han realizado varios arrestos porque no se acepta la violencia contra los trabajadores” públicos. Los agentes han usado cañones de agua para dispersar la protesta.
Además, en Geleen, en la provincia de Limburgo, la policía ha desplegado a los antidisturbios por temores a una manifestación convocada por unas 150 personas en el centro de la ciudad a la hora de entrada en vigor del toque de queda, a las 21.00 hora local (20.00 GMT).
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