Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE analizarán este lunes las consecuencias del reciente viaje a Rusia de Josep Borrell, el Alto Representante de Política Exterior de la UE. Borrell reclamó en Moscú la liberación del opositor Alexéi Navalni, pero el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, rechazó con cajas destempladas la petición europea. Los 27 socios comunitarios sopesan ahora la imposición de nuevas sanciones contra el régimen de Vladímir Putin, aunque Berlín y París se resisten a cualquier medida drástica que pueda desencadenar una ruptura de un diálogo con Moscú que consideran imprescindible.
La Unión se plantea esgrimir por primera vez el régimen de sanciones individuales por violación de derechos humanos aprobado el pasado mes de diciembre. La activación de ese mecanismo, que requiere la unanimidad de los 27 socios de la UE, permite congelar los bienes y prohibir la entrada en territorio comunitario a las personas directamente implicadas en una violación de los derechos humanos sin necesidad de establecer un régimen de sanciones contra su país de origen.
Bruselas estudia seleccionar a algunas autoridades rusas implicadas en el encarcelamiento de Navalni y en la represión de las manifestaciones que reclamaban la libertad del opositor. Para intentar diluir el impacto político del castigo en Moscú, la UE estudia también la posibilidad de aplicar el mismo mecanismo a individuos de otros países, como vía de no señalar solo hacia Rusia. Sobre la mesa de los ministros de Exteriores figuran en concreto la represión en marcha tras el golpe de Estado en Myammar o el deterioro de las libertades civiles en Hong Kong.
Las nuevas sanciones a Rusia se unirían a las ya vigentes por su ataque a la integridad de Ucrania (177 personas y 48 entidades sancionadas), a las restricciones económicas por la invasión de Crimea y la ciudad de Sebastopol; las adoptadas tras varios ciberataques sufridos por Europa en 2018; o las impuestas por los ataques químicos contra Serguéi Skripal y Alexéi Navalni
La UE estrenó con Rusia sus regímenes de sanciones por ciberataques y por ataques químicos. Y ahora estudia hacer lo mismo con el de derechos humanos. Pero el debate entre los ministros europeos se anuncia esta vez más caldeado y trascendental que nunca porque la fracasada misión de Borrell a Moscú obliga a la Unión a replantearse su relación con el régimen de Putin más allá del caso concreto del opositor Navalni.
La UE estrenó con Rusia sus regímenes de sanciones por ciberataques y por ataques químicos. Y ahora estudia hacer lo mismo con el de derechos humanos. Pero el debate entre los ministros europeos se anuncia esta vez más caldeado y trascendental que nunca porque la fracasada misión de Borrell a Moscú obliga a la Unión a replantearse su relación con el régimen de Putin más allá del caso concreto del opositor Navalni.
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