La política conservadora Marta Lucía Ramírez, primera mujer en llegar a la Vicepresidencia de Colombia, tomará también las riendas de las diplomacia en momentos en que la imagen internacional del país se ha visto arañada por los episodios de violencia policial en las protestas contra el Gobierno.
Jaime Ortega Carrascal / EFE
Nacida el 4 de julio de 1954 en Bogotá, en el seno de una familia de clase media, Ramírez es la mujer que más lejos ha llegado en la política colombiana y en las elecciones de 2018 aportó la cuota de experiencia en la fórmula presidencial encabezada entonces por el joven senador Iván Duque.
A esa experiencia recurrió Duque hoy al nombrarla ministra de Relaciones Exteriores, cargo que compaginará con el de vicepresidenta que ejerce desde el 7 de agosto de 2018.
En el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería, Ramírez tendrá que ocuparse de varias tareas en los ámbitos bilateral y multilateral, según dijo el presidente, cuyo Gobierno ha sido criticado en instancias internacionales por la ola de violencia que siguió a la actual ola de protestas sociales.
Por eso, al anunciarla como sucesora de Claudia Blum, quien renunció el pasado jueves, Duque dijo que con Ramírez en la Cancillería su Gobierno quiere «reafirmar no solamente el talante democrático de nuestro país sino también la convicción de ser un país siempre respetuoso de los derechos humanos y siempre volcado a la defensa irrestricta de los valores democráticos que han caracterizado a nuestra nación».
El pasado 5 de mayo, Ramírez ya encabezó una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en Colombia para explicar la coyuntura política y social del país junto con Blum y los ministros de Defensa e Interior.
DILATADA CARRERA POLÍTICA
Ahora, al frente de la diplomacia, podrá mostrar en este momento delicado para el país la experiencia forjada en su dilatada carrera en el servicio público y en la empresa privada.
Ramírez, que en su juventud fue modelo, es abogada de la Universidad Javeriana de Bogotá, con especialización en derecho comercial y financiero, y cursó estudios de alta dirección de negocios en la Universidad de La Sabana, que luego complementó con otros en el Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard (EE.UU.).
En su currículum tiene también el haber sido catedrática de derecho en la Universidad de Los Andes y en la Javeriana, además de consultora internacional en temas de desarrollo empresarial, comercio, negociaciones internacionales, inversión extranjera, seguridad, democracia, gobernabilidad y desarrollo regional.
El de Relaciones Exteriores será su tercer ministerio pues previamente fue titular de Comercio Exterior en el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y la primera ministra de Defensa de Colombia, en el comienzo de la presidencia de Álvaro Uribe (2002-2010).
Igualmente ha sido embajadora en Francia, por un breve periodo en 2002, y senadora.
VICEPRESIDENCIA DE BAJO PERFIL
Su gestión como vicepresidenta ha tenido un perfil más bajo de lo que se esperaba de ella y aunque lidera las políticas para la mujer en el Gobierno, la lucha contra la corrupción y la reactivación económica del país tras la pandemia de covid-19, le ha faltado el brillo que caracteriza su elegante forma de vestir.
En el segundo cargo en importancia del país, Ramírez se ha visto envuelta en polémicas por la ligereza de sus mensajes en las redes sociales, como cuando anunció en Twitter la muerte del expresidente conservador Belisario Betancur un día antes de su fallecimiento, así como por su abierto apoyo a la oposición venezolana y por las demostraciones de su fe católica.
Justamente hoy la Corte Constitucional advirtió que como vicepresidenta, Ramírez «desconoció la neutralidad religiosa del Estado» al publicar en sus redes sociales un mensaje acompañado con el escudo nacional y el lema del Gobierno sobre la consagración del país a la Virgen de Fátima.
Uno de los momentos más difíciles de su carrera política lo vivió hace un año cuando, tras la revelación de un medio de prensa, reconoció que uno de sus hermanos fue condenado en 1997 en Estados Unidos por «conspiración por tráfico de drogas» y que ella y su esposo Álvaro Rincón pagaron entonces una garantía de que su hermano respondería ante la justicia.
Su esposo, con quien está casada hace 45 años, es uno de los pilares de su vida y tienen una hija llamada María Alejandra.
Al asumir la Cancillería cuando faltan menos de 15 meses para que termine el mandato de Duque, Ramírez prácticamente dice adiós a su aspiración de ser nuevamente candidata presidencial -ya lo fue en 2014- porque los tiempos no le dan, ya que para inscribirse debería dejar el Gobierno en las próximas semanas.
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