Lucy Letby se ha convertido en la asesina en serie más famosa de los tiempos modernos en Reino Unido.
Por BBC MUNDO
Condenada por matar a siete bebés que estaban a su cargo e intentar acabar con la vida de otros siete, la enfermera neonatal terminará sus días en prisión.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, un número creciente de expertos han expresado su preocupación por el proceso judicial, diciendo que algunas pruebas claves pueden haber sido malinterpretadas.
Hay otros que insisten en que tal debate es equivocado y que no existen pruebas que demuestren que el juicio haya sido injusto o poco confiable.
Este 10 de septiembre está previsto que empiece una investigación sobre los hechos ocurridos en el Hospital de la Condesa, de Chester, cerca de la frontera de Inglaterra con Gales, y cómo los gestionó el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido.
El juicio que enfrentó Letby por asesinato en 2023 ha sido uno de los más largos de la historia de la justicia británica.
Tras una indagación policial de seis años, al no poderse alcanzar un veredicto sobre las acusaciones relativas a uno de los casos de un bebé, el caso fue seguido de un nuevo juicio.
Para eso, seis peritos médicos y muchos antiguos colegas testificaron en contra de la enfermera. La Fiscalía presentó miles de documentos que examinó durante muchos meses.
El caso tuvo un amplio alcance. Se revisaron los resultados de los análisis de sangre que mostraban que dos bebés habían recibido una sobredosis de insulina, las radiografías que indicaban que se había inyectado aire en otros siete y otros estudios que mostraba que los bebés habían sido alimentados a la fuerza con leche.
Luego estaban las notas en la casa de Letby que parecían contener confesiones. Una decía: «Soy mala».
Así como las frecuentes búsquedas que hizo para los familiares de los bebés fallecidos en las redes sociales. Algo que, según los abogados, respondía a una curiosidad morbosa, una intención de comprobar el efecto que tenía aquello en sus vidas.
El documento en el que se especifican los turnos del personal dejó en evidencia que la enfermera había estado de guardia cada una de las veces que se registró, entre junio de 2015 y el mismo mes de 2016, una muerte sospechosa.
El registro de turnos fue clave para el caso, aunque varios estadísticos han cuestionado públicamente su utilidad.
«El gráfico parece ser muy convincente, pero tiene una serie de problemas. Uno de ellos es que solo describe 25 de los malos eventos ocurridos en este período. No incluye ninguno de los eventos que sucedieron cuando Lucy no estaba de guardia», dice Peter Green, expresidente de la Real Sociedad Estadística y profesor en esa materia.
Hubo al menos otras seis muertes y numerosos colapsos. Green dice que el gráfico tampoco refleja el hecho de que Letby estaba haciendo turnos extra.
«Es algo humano y natural, el hecho de ver patrones que no existen. El peligro es que esta evidencia puede ser muy convincente para los no profesionales, y puede resultar malinterpretada», asegura.
Las muestras de sangre y radiografías
Una parte clave del caso han sido las muestras de sangre de los bebés que se desvanecieron debido a su bajo nivel de azúcar en sangre. En esos casos, los exámenes de laboratorio demostraron niveles excepcionalmente altos de insulina y niveles bajos de una sustancia llamada péptido C.
Por lo general, esa combinación solo se ve cuando el cuerpo ingiere insulina sintética, lo que lleva a acusar a Letby de haber envenenado intencionalmente a los bebés al añadir la sustancia al suero de los recién nacidos.
El profesor Alan Wayne Jones, experto en toxicología forense, es uno de los que ha cuestionado los resultados en ese sentido.
De acuerdo al experto, la prueba utilizada mide la reacción del cuerpo a la insulina en lugar de la sustancia en sí.
«El problema es que el método de análisis utilizado [en estos dos casos] era perfectamente bueno desde un punto de vista clínico, pero no desde el punto de vista de la toxicología forense«, dijo.
El especialista asegura que ese tipo de prueba no puede distinguir entre la insulina sintética y la insulina producida por el páncreas.
El propio sitio web del laboratorio de pruebas establece que si se sospecha de que es insulina sintética, los resultados deben ser verificados de manera externa por un centro especializado. Pero los médicos del hospital no lo hicieron porque ambos bebés se recuperaron.
En ese momento, no había sospecha de perjuicio deliberado.
Jones dijo que no tiene ninguna duda de que sufrieron fuertes caídas en los niveles de azúcar en la sangre, pero que podría haber otra explicación natural de por qué había sucedido eso.
Por otro lado, hay especialistas que han criticado la acusación de que Letby fue quien inyectó aire en los vasos sanguíneos de los bebés provocando, en muchos casos, la muerte.
Se descubrió que cada uno de ellos tenía burbujas de aire en la sangre, algo que se conoce como embolia. Varios médicos también describieron haber visto erupciones inusuales y repentinas en estos lactantes.
La Fiscalía citó un artículo sobre el fenómeno, escrito en 1989 por el neonatólogo canadiense, el doctor Shoo Lee, que describía una erupción de vasos sanguíneos de color rosa brillante bajo una piel azul como un indicador de embolia de aire.
Pero en abril, en la audiencia ante un tribunal de apelaciones, Lee habló a favor de la defensa.
La defensa afirmó que el sarpullido distintivo que el médico había señalado no parecía ser el descrito por los testigos de su caso.
Lee no fue llamado a testificar durante el juicio original. La defensa no llamó a ningún testigo experto, solo a la propia Letby y al plomero del hospital, quien declaró que había habido problemas de drenaje en la unidad.
Por el contrario, la defensa convocó a seis testigos expertos.
El rol de los peritos
Gran parte del caso se basó en el testimonio de Dewi Evans, un exconsultor pediátrico, con décadas de experiencia como perito.
Evans dijo que había leído 18 trabajos de investigación sobre la embolia, y que destacaban diferentes indicaciones.
En otras palabras, no solo confiaba en el informe de Lee, sino que dijo que sus hallazgos habían sido respaldados en la corte por un radiólogo y un patólogo neonatal.
Además agregó que los casos registrados según el esquema de turnos que estaban entre las pruebas eran esos y no otros porque, después de revisar todas las muertes y colapsos, pensó que solo aquellos eran sospechosos o inesperados.
Evans aseguró que no sabía en ese momento que Letby había estado de turno y que esto solo había sido revelado después, por la policía de Cheshire.
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