La virulencia de la tercera ola de la covid-19, que disparó los contagios y muertes en Colombia hace varias semanas, obligó a Bogotá y Medellín, las dos mayores ciudades del país, a imponer nuevas cuarentenas a las que se oponen sectores duramente golpeados por los confinamientos, como el comercio.
Un nuevo confinamiento total comenzó hoy y se prolongará durante el fin de semana en las dos regiones más golpeadas por la emergencia sanitaria, así como en el departamento caribeño del Atlántico y en al menos 40 municipios del Valle del Cauca, zonas en alerta máxima por la alta ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Las infecciones y decesos en Colombia se han triplicado en la última semana, superando los 16.000 contagios diarios, cifras que el país no registraba desde hace más de dos meses, cuando el segundo pico de la pandemia puso al límite las redes hospitalarias.
Ahora la pandemia golpea nuevamente, pero esta vez con mayor fuerza al país que totaliza 2.602.719 contagios y 67.199 muertos, según han advertido epidemiólogos e infectólogos.
«La transmisión (del virus) en este momento es crítica y el país puede llegar perfectamente a tener un colapso en una o dos semanas si seguimos en ese comportamiento», advirtió en una entrevista con Efe Jorge Martín, profesor investigador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana.
Según Martín, son varias las razones que explican el incremento de los contagios, «pero la más importante son las interacciones sociales».
«Esas grandes interacciones que hubo en Semana Santa, las fiestas, la falta de control, la falta de regulación en un momento determinado y por supuesto el comportamiento social ha llevado a que, en cierta medida, esta situación sea crítica», señala.
Con él coinciden varios expertos y asesores sanitarios del Gobierno que insisten en que la vacunación contra el coronavirus, que comenzó hace dos meses en Colombia, no puede ser motivo para flexibilizar las medidas de bioseguridad.
Desde el 17 de febrero en Colombia han sido administradas 3.455.084 vacunas de Pfizer, Sinovac y AstraZeneca, de las cuales 1.047.955 personas han recibido dos dosis, pero la tercera ola de la pandemia ya asfixia a los centros de salud y servicios funerarios.
ALERTA ROJA EN BOGOTÁ
En Bogotá, principal foco de la pandemia en Colombia, las autoridades ordenaron una cuarentena obligatoria por segundo fin de semana consecutivo para evitar el colapso de las UCI, cuya ocupación se mantiene por encima del 78 %.
La estrategia 4×3, como ha denominado la alcaldesa Claudia López a la medida que permite cuatro días de actividades laborales presenciales y tres días de cierre, se implementará nuevamente la próxima semana en la ciudad que se declaró en alerta roja hospitalaria desde el pasado miércoles.
«Medellín, Barranquilla, Santa Marta, Cali y Bogotá estamos en cuarentena. Un esfuerzo nacional para salvar vidas y empleos trabajando 4 días y cuidándonos 3 días en casa. No es capricho. Es una acción colectiva por la vida y la economía», dijo hoy López.
Sin embargo, las medidas han provocado manifestaciones de cientos de comerciantes disconformes con los cierres, algunos de los cuales se declararon en «desobediencia civil» y anunciaron que abrirán sus locales incluso si sus negocios no hacen parte de las actividades esenciales permitidas.
MEDELLÍN SUFRE ESCASEZ DE OXÍGENO
Con cifras récord de fallecimientos en los últimos dos días, Antioquia es quizá la región del país más afectada por la tercera ola de la pandemia. El departamento registró ayer 114 de los 380 muertos informados en Colombia y 4.124 infecciones.
Ese departamento del noroeste es la mejor prueba de la crisis hospitalaria que enfrenta Colombia. La segunda región más desarrollada del país, que generalmente recibe y presta atención médica a enfermos de otras zonas, empezó a trasladar a pacientes en estado crítico a otros lugares por la falta de camas UCI.
Pero a medida que la situación se agrava en distintas partes, las posibilidades de que Bogotá y los departamentos de Atlántico, Magdalena y Valle del Cauca puedan atender enfermos de Antioquia se reduce.
Por esa razón las autoridades locales apretaron las restricciones de movilidad y en Medellín, capital del departamento, se inició el jueves en la noche una cuarentena estricta que se extenderá hasta el próximo lunes a las cinco de la mañana.
El departamento, que acumula 424.488 contagios y 7.993 fallecimientos, puntea junto con Bogotá y el Atlántico en las cifras diarias de defunciones y contagios, y ha tenido que habilitar a toda marcha nuevas camas UCI ante una preocupante lista de pacientes en espera.
El gerente para la contención del coronavirus en Antioquia, Leopoldo Giraldo, advirtió que la región tiene además dificultades para acceder a los tanques de oxígeno que necesitan los pacientes graves por derrumbes y cierres en las carreteras.
Tan alta es la demanda y la ocupación de cuidados intensivos que Giraldo pidió a quienes tienen en sus casas concentradores de oxígeno que no estén utilizando, devolverlos al proveedor «porque hay otro ciudadano que lo está necesitando y posiblemente ese oxígeno le va a salvar la vida». EFE
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