Rodeados de fuertes medidas de seguridad, líderes mundiales y delegaciones de casi un centenar de países, con ausencias notables como Rusia, China y Brasil, explorarán este fin de semana posibles soluciones al conflicto en Ucrania en el exclusivo complejo de Bürgenstock, al pie de los Alpes suizos.
La centenaria infraestructura hotelera, fundada en 1873 y famosa por haber acogido una de las bodas de Audrey Hepburn o haber sido lugar de vacaciones de Sofía Loren, ha sido rodeada de kilómetros de alambres de espino y está vigilada por 4.000 efectivos del ejército suizo, que durante cuatro días ha prohibido el sobrevuelo de la zona.
Ya en condiciones normales, el lujoso resort, en lo alto de una colina y rodeado por tres de sus cuatro costados por el Lago de los Cuatro Cantones, cerca de Lucerna, es de difícil acceso, razón por la cual ha sido escogido como sede de la primera cumbre oficial de paz para Ucrania.
Una cumbre que según el Gobierno suizo, organizador del evento a petición del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quiere sentar las bases para un proceso de paz en el que en el futuro pueda estar implicada Rusia, tras más de dos años de invasión en los que mantiene ocupado casi un 20 % del territorio ucraniano.
“Estamos listos para llevar el diálogo hasta el más alto nivel político, para confrontar todos los puntos de vista y ver cómo Rusia podría estar implicada”, ha señalado el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis.
Primeros ciberataques contra la conferencia
Las medidas de seguridad que rodean la cumbre incluyen una atención especial a posibles ciberataques. Las autoridades helvéticas han denunciado ya los primeros, del tipo DoS (saturación por denegación de servicio) contras las páginas web de las aduanas nacionales y otras entidades implicadas en la organización de la cumbre.
Entre los asistentes se encuentran la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, los presidentes de Francia (Emmanuel Macron), España (Pedro Sánchez) y Polonia (Andrzej Duda), así como el canciller alemán Olaf Scholz y los primeros ministros de Italia (Georgia Meloni), Canadá (Jsutin Trudeau) y Japón (Fumio Kishida).
El presidente estadounidense Joe Biden, que participa en la cumbre del G7 esta semana en Italia, ha declinado asistir y en su nombre lo hará la vicepresidenta Kamala Harris.
Suiza ha logrado una notable participación latinoamericana: estarán los presidentes de Argentina (Javier Milei), Colombia (Gustavo Petro), Chile (Gabriel Boric) y Ecuador (Daniel Noboa).
Faltará en cambio el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, pese a que ha viajado esta semana a Suiza para participar en la conferencia anual de la Organización Internacional de Trabajadores (OIT).
Ucrania no quiere discutir su territorio
No se espera que en la cumbre, coorganizada por el Gobierno ucraniano, se traten cuestiones territoriales, una línea roja que por ahora Kiev no está dispuesta a cruzar, por lo que se debatirán asuntos más generales como la situación de los prisioneros de guerra, la seguridad nuclear y la alimentaria, con la permanente inquietud por el flujo comercial en el Mar Negro de fondo.
Aunque Ucrania ha dejado claro que no está dispuesta por el momento a sentarse en la misma mesa que los agresores rusos, sí busca con esta cumbre relanzar el debate en un momento en que la guerra se ha alejado de los titulares globales, por el enquistamiento del conflicto y el surgimiento de otra en Gaza, que actualmente acapara la atención humanitaria y política.
Rusia, por su parte, ha calificado de “fútil” la cumbre, niega a Suiza su papel de Estado neutral capaz de acoger negociaciones (por haberse unido a las sanciones occidentales contra Moscú) y sus medios oficiales han lanzado en los últimos días campañas de desinformación que han incluido exabruptos contra la presidenta suiza, Viola Amherd.
EFE
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