Corea del Norte informó hoy que probó en la víspera dos proyectiles tácticos tierra-tierra y el pasado martes testó dos misiles crucero, con resultados «exitosos» en lo que ya suma un total de seis lanzamientos este mes.
Según la agencia estatal KNCA, Pionyang realizó los lanzamientos «para renovar el sistema» en el caso de los misiles crucero y «para comprobar el poder de la ojiva convencional» en el caso de los proyectiles tácticos tierra-tierra.
En ambas pruebas los misiles acertaron un objetivo insular establecido en el mar de Japón (denominado en la península coreana como mar del Este), de acuerdo a la información publicada por KNCA, que especifica que los dos misiles crucero viajaron una distancia de 1.800 kilómetros.
De acuerdo al Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano, los lanzamientos de la víspera corresponden aparentemente a dos misiles balísticos de corto alcance, que recorrieron 190 kilómetros con una altura máxima de 20 km, un tipo de test que vulneraría las resoluciones de Naciones Unidas.
Los lanzamientos «obtuvieron una alta precisión», según la KCNA, que destaca que estos sistemas armamentísticos «desempeñarán un importante papel» en la defensa del país, que «continuará desarrollando en el futuro ojivas potentes que cumplan distintas funciones y misiones de combate».
El líder norcoreano, Kim Jong-un, no habría asistido en persona a los ensayos de esta semana, aunque según informa la agencia estatal, el secretario general del Partido de los Trabajadores ha realizado recientemente una visita a una fábrica de armamento del país.
Como muestra una fotografía publicada por la KCNA, Kim Jong-un visitó la fábrica de armas acompañado de otras figuras clave como Jo Yong-won, elegido recientemente miembro del presidium del buró político, principal órgano de decisión del partido, y de Kim Jong Sik y Kim Yo Jong, del departamento del Comité Central del Partido.
Corea del Norte ha realizado este mes seis pruebas de varios tipos de proyectiles, desde misiles hipersónicos y balísticos a lanzamientos de misiles crucero, lo que muestra la determinación del régimen en continuar probando su armamento en medio del aumento de presión por parte de EE.UU.
El desinterés mostrado por Pionyang durante meses hacia el diálogo, la renovada voluntad estadounidense de endurecer sanciones y los seis ensayos de armas norcoreanos que se han sucedido en menos de un mes traen ecos de las tensiones que se vivieron entre los dos países en 2017.
A esta retahíla armamentística se suma la amenaza lanzada por Pionyang hace una semana sobre una posible reanudación de sus ensayos nucleares y de misiles balísticos intercontinentales, al señalar que estudia retomar todas sus «acciones suspendidas temporalmente» en materia de Defensa.
El régimen norcoreano contempla volver a este tipo de medidas que decidió suspender de forma unilateral al iniciarse el diálogo intercoreano, y como respuesta a las «cada vez más agravantes acciones hostiles» de Estados Unidos, según se decidió en una reunión del máximo órgano de Gobierno del país liderado por Kim Jong-un y recogida por los medios estatales. EFE
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