El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró este sábado que los embajadores de diez países, entre ellos los de Estados Unidos, Alemania y Francia, que pidieron que el opositor Osman Kavala fuera liberado, serán declarados “persona non grata lo antes posible”.
“Ordené a nuestro ministro de Relaciones Exteriores que prepare lo antes posible la declaración de esos diez embajadores como persona non grata”, afirmó el jefe de Estado turco durante un desplazamiento al centro de Turquía, aunque no precisó ninguna fecha.
Hace 48 horas había amenazado a los diplomáticos con expulsarlos del país. “Le he dicho a nuestro ministro de Relaciones Exteriores que no podemos darnos el lujo de albergarlos en nuestro país”, afirmó Erdogan, según declaraciones publicadas este jueves por varios medios turcos.
En un inusual comunicado conjunto publicado el lunes por la noche, los embajadores de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Nueva Zelanda, Noruega, Países Bajos y Suecia reclamaron una “resolución justa y rápida del caso” Osman Kavala, un editor y filántropo turco que se ha convertido en la bestia negra del gobierno. Lleva cuatro años encarcelado sin juicio.
“¿Acaso es cosa suya dar lecciones a Turquía? ¿Quienes son ustedes?”, reaccionó el presidente turco, subrayando que la justicia de su país es “independiente”, según medios locales.
El martes, un día después de que divulgaran su comunicado, los embajadores de esos diez países fueron convocados por el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, quien consideró “inaceptable” su llamado a favor de Osman Kavala.
Los diplomáticos consideraron que “la demora persistente en su proceso (…) ensombrece el respeto de la democracia, del Estado de derecho y de la transparencia del sistema judicial turco”.
Osman Kavala, de 64 años, una figura muy destacada de la sociedad civil, está acusado desde 2013 por el régimen del presidente Erdogan de buscar desestabilizar Turquía.
“Mantener la ficción de un complot”
En diciembre de 2019, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ordenó su “liberación inmediata”, en vano.
A principios de octubre, un tribunal de Estambul ordenó que se prolongara la detención de Kavala, un rico empresario nacido en París, alegando que le “faltaban elementos nuevos para ponerlo en libertad”.
Kavala está en la mira de las autoridades por haber apoyado las manifestaciones antigubernamentales contra Erdogan en 2013, cuando el actual presidente era primer ministro. Después fue acusado de intento de golpe de Estado y de espionaje.
El empresario, que siempre ha negado los cargos de que se le acusa, se expone a la cadena perpetua. Comparecerá de nuevo ante un tribunal el 26 de noviembre.
En una entrevista con la AFP, Osman Kavala consideró la semana pasada que, con su detención, el régimen de Recep Tayyip Erdogan podía justificar sus “tesis complotistas”.
“Para mí, la verdadera razón de mi detención prolongada responde a la necesidad del gobierno de mantener la ficción de un complot”, declaró desde su celda, a través de su abogado.
“Como estoy acusado de haber participado en un complot organizado por potencias extranjeras, liberarme debilitaría esa ficción y eso no es, seguramente, lo que el gobierno desea”, explicó.
El Consejo de Europa, del que Turquía forma parte, amenazó en septiembre al gobierno turco con sanciones por este caso.
Estas sanciones podrían ser adoptadas en la próxima reunión del Consejo, entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre, si la Justicia turca no libera antes al empresario.
(Con información de AFP)
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