El expresidente de Bolivia Evo Morales dejó este domingo la clínica privada en la que estuvo ingresado en las dos últimas semanas, tras recuperarse de la covid-19.
EFE
Antes de dejar la clínica, Morales hizo una declaración a los medios junto a dos de los médicos que lo atendieron en ese centro de salud situado en la ciudad central de Cochabamba.
El exgobernante calificó de «fregadito» al virus y consideró que fue importante cumplir con las indicaciones médicas para superar la enfermedad.
«Una junta médica nos permitió salir de este problema. Casi estoy convencido (de que) cuando uno se propone, se puede salvar la vida», sostuvo.
El exmandatario recomendó a la población cuidarse para prevenir los contagios y a quienes están enfermos, «cumplir con todas las recetas médicas» y tener pensamientos positivos sobre la recuperación porque «lo psicológico es importante».
Morales fue ingresado en la clínica hace dos semanas por una insuficiencia respiratoria producto de la covid-19.
El exgobernante negó en una primera instancia tener la covid-19, pero luego los exámenes médicos confirmaron que tenía la enfermedad.
El principal síntoma que tuvo fue una tos que también le provocó dolor de garganta, además de agitación, pero no llegó a perder ni el olfato ni el gusto, según comentó.
Tampoco tuvo otras complicaciones y su evolución fue favorable, si bien deberá permanecer durante otras dos semanas sin recibir visitas para una «recuperación completa», según han señalado sus médicos.
Evo Morales, que es presidente del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) y máximo líder de los cocaleros del Trópico de Cochabamba, se sumó a la lista de algunas autoridades del Gobierno del presidente Luis Arce que se contagiaron con el virus, incluidos cinco ministros.
El exmandatario se caracterizó desde su llegada a Bolivia el pasado 9 de noviembre por mantener una intensa actividad con viajes, ruedas de prensa y convenciones masivas de su partido en distintas regiones bolivianas sin tomar en ocasiones los cuidados de bioseguridad como el uso de tapabocas o el distanciamiento físico.
Una segunda ola de la pandemia azota desde fines de diciembre a Bolivia, con nuevos episodios de hospitales saturados y pedidos desesperados en las redes sociales para encontrar espacios en terapia intensiva o medicamentos, algo que no se veía desde julio y agosto pasados.
Con unos once millones y medio de habitantes, el país se acerca a las 10.000 muertes y 200.000 contagios acumulados desde marzo de 2020, cuando se detectaron los primeros casos.
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