Desde el miércoles pasado, la vida de Álvaro Córdoba, el hermano de Piedad Córdoba, tuvo un giro de 180 grados. A pesar de que permanece tras las rejas en la cárcel La Picota en Bogotá desde febrero de 2022, cuando las autoridades lo capturaron por tráfico de armas y por nexos con las disidencias de las Farc, el presidente Gustavo Petro firmó su extradición.
Es decir, avaló que el hermano de la senadora del Pacto Histórico fuera trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos, tras el pedido que hizo a la justicia colombiana el Distrito Sur de New York.
SEMANA conoció que el jueves en la mañana, la defensa de Córdoba fue notificada de la decisión que se profirió desde el Palacio de Nariño y de inmediato empezaron a trabajar en la contestación del recurso de reposición con el que pretenden que el mandatario eche para atrás su decisión.
El documento lo presentarán este lunes, pese a que tienen 10 días hábiles para hacerlo, y cuya argumentación será clave para decidir la suerte de este nutricionista y economista.
Una de las peticiones que la defensa le había hecho a Gustavo Petro era que revisara la aplicabilidad del tratado de extradición entre Colombia y Estados Unidos y evaluara el principio de legalidad. Sin embargo, en la resolución donde el presidente decidió sobre Álvaro Córdoba, respondió que no le corresponde referirse a ese tema. Al fin y al cabo, él tiene la facultad de decidir y no explicar sus razones, porque ya tiene el visto bueno de la Corte Suprema.
Esta revista estableció que tan pronto Álvaro Córdoba conoció la decisión presidencial, presentó un bajonazo de ánimo, está achantando, habla poco y cuando lo hace insiste en su inocencia, pese a que la DEA delegó a un agente encubierto que se hizo pasar como narco y logró adjuntar gran parte de las pruebas en su contra.
A través de mensajes de texto, llamadas, audios y demás, el encubierto puso en evidencia cómo Córdoba hacía parte de una red que negociaba y traficaba droga y armas hacia Venezuela, México y Estados Unidos, con el respaldo de Gentil Duarte, excomandante de las disidencias de las Farc, fallecido en Venezuela.
Según el expediente que lleva la justicia norteamericana, Córdoba asistía a las reuniones con disidencias de las Farc en varias regiones del país y él, al parecer, concretaba la salida de mercancía desde Tumaco, Nariño, Valle del Cauca y Cauca.
Lida Esneda Ruiz, la madre de Piedad y Álvaro Córdoba, ha sido la más impactada con la noticia porque no sabía que su hijo estaba preso y se enteró por los canales de televisión que sería extraditado a Estados Unidos. Mientras, Piedad Córdoba, enfrenta quebrantos de salud en Medellín y no ha podido encontrarse con su hermano, pese a que dialogan constantemente.
Córdoba, pese a su oscuro pronóstico, es optimista y confía en que después del recurso de reposición, Gustavo Petro reverse su decisión. Por esto, la senadora Piedad Córdoba- quien al comienzo asumió la defensa de su hermano porque es abogada- no ha proferido palabra alguna frente al tema.
Recordemos que en un video divulgado por SEMANA, él, desde una bicicleta estática, se muestra confiado que no será extraditado en el gobierno de Gustavo Petro.
“Creo que es cuestión de esperar el discurso de Petro para definir la política con respecto a la extradición y quedo con los días contados aquí en La Picota”, manifestó.
Al interior de la familia, algunos creen que a Álvaro le están cobrando su familiaridad con Piedad Córdoba, una mujer con amigos y enemigos políticos. Por eso, algunos lo llaman Álvaro Piedad Córdoba.
Mientras los abogados presentan el recurso y el equipo jurídico de Petro evalúa la respuesta, Álvaro Córdoba seguirá en la cárcel La Picota con un pie en los Estados Unidos.
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