Cuando se habla de desigualdad se corre el riesgo de mirar hacia abajo y no tanto hacia arriba. Sin embargo, la cuerda se está tensando, sobre todo, por el flanco más alto de la distribución. La flor y nata de la riqueza mundial, el 0,1% del 0,1%, vivió en 2021 uno de sus mejores años: con las Bolsas disparadas y los mercados inmobiliarios en máximos, las 20 mayores fortunas del mundo vieron crecer su patrimonio conjunto en 500.000 millones de dólares (440.000 millones de euros), casi un 30% más. Es mucho, muchísimo dinero: para poner en contexto la cifra, basta decir que alcanzaría para comprar íntegramente las 10 mayores empresas del Ibex 35 y aún sobrarían 5.000 millones para, por ejemplo, hacerse con la mitad del grupo hispanobritánico de aerolíneas IAG.
El País | Ignacio Fariza
El cetro de la persona más acaudalada del planeta cambió de manos en 2021. El fundador de Tesla, Elon Musk, rebasó al fundador y propietario del 10% de Amazon, Jeff Bezos, gracias al estirón bursátil del fabricante de coches eléctricos. Las acciones de Tesla se han disparado un 50% este año y acumulan dos ejercicios consecutivos de ganancias abultadas, y eso tiene traslación directa en la riqueza del empresario de origen sudafricano, que, pese a las recientes ventas de paquetes accionariales, aún mantiene el 17% del capital de la empresa con sede en Austin (Texas).
Más allá de la disputa por el trono de la riqueza global, se han producido importantes movimientos en la tabla. Destaca, sobre todo, la mejora de los dos fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, que controlan conjuntamente el 51% de las acciones de la tecnológica de Mountain View (California) y que escalan dos posiciones: Page accede al quinteto de hombres más acaudalados del planeta y Brin se coloca en séptimo lugar.
En el lado opuesto, Warren Buffett, fundador y cabeza pensante detrás de la exitosa sociedad de inversión Berkshire Hathaway, retrocede dos lugares pese a ver aumentado su patrimonio en casi 22.000 millones de dólares. Esa es una de las grandes paradojas de esta lista: en un panorama general de notables aumentos patrimoniales, algunas de estas fortunas no tienen que ver menguar su riqueza, ni siquiera que quede estancada, para bajar algún puesto en la lista.
Si la industria y la distribución eran los sectores de los que tradicionalmente procedía la mayor parte del dinero de los 20 mayores patrimonios mundiales, la tecnología es hoy el sector sobre el que se cimenta la fortuna de ocho de las 20 personas más acaudaladas del planeta. Todas ellas están entre los diez primeros lugares de la tabla. El sector de distribución suma otros tres nombres (los Walton, propietarios de Walmart); el textil cuenta con dos (Amancio Ortega, de Inditex, y Phil Knight, de Nike), y el lujo (Bernard Arnault, de LVMH), la inversión (Warren Buffett, de Berkshire Hathaway), la cosmética (Françoise Bettencourt, de L’Oréal), la energía y las materias primas (Mukesh Ambani, de Reliance Industries), el agua embotellada (Zhong Shanshan, de Nongfu Spring), las infraestructuras portuarias (Gautam Adani, de Adani Group) y las telecomunicaciones (Carlos Slim, de América Móvil), uno cada una.
El retrato robot: hombres y estadounidenses
La lista de ricos sigue siendo cosa de hombres. Para encontrar un nombre femenino hay que remontarse al undécimo peldaño, en el que aparece la francesa Bettencourt, heredera del imperio L’Oréal e hija de Liliane Bettencourt, que también fue la mujer más rica del mundo durante décadas. Y para dar con la segunda mujer en la clasificación hay que remontarse hasta la última posición, la vigésima, en la que aparece Alice Walton, una de las tres herederas de otro imperio: el de la cadena estadounidense de supermercados Walmart, junto con sus dos hermanos Jim y Rob, que figuran en los puestos decimoséptimo y decimoctavo.
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