El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este lunes un vasto paquete de medidas de protección del medioambiente y combate al cambio climático, que incluye unas fuertes sanciones contra la deforestación ilegal.
EFE
El anuncio fue hecho en el marco del Día Internacional del Medio Ambiente y, entre otros asuntos, establece la posibilidad de que sea embargado el 50 % de las tierras que han sido desforestadas en forma ilegal, más allá de los límites establecidos en la ley.
Asimismo, entre las medidas anunciadas, se determina la creación de nuevas áreas de protección medioambiental, que abarcarán un total de 30.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la de Bélgica.
El resto de las medidas refuerza las estructuras burocráticas de los organismos fiscalizadores de la Amazonía y otros biomas, que habían sido virtualmente desmanteladas entre 2019 y 2022 por el Gobierno del entonces presidente Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha.
Al hacer el anuncio, Lula anticipó que, en el marco de la cumbre de presidentes de países amazónicos que ha convocado para el próximo agosto, propondrá la creación de un centro de cooperación internacional para la protección del mayor pulmón vegetal del planeta, a fin de combatir de forma efectiva a todas las mafias que operan en la región.
«Hay que acabar con los grupos del tráfico de madera, de pesca y de minerales, que también son cómplices de las redes de tráfico de drogas y hasta de personas» que actúan en la Amazonía, enfatizó.
También subrayó que «no existe ninguna contradicción entre el desarrollo económico y el cuidado del medioambiente», sobre todo en un país como Brasil, que «tiene 30 millones de hectáreas degradadas que pueden ser recuperadas y volver a producir mucho».
Como siempre que se refiere a la crisis climática, Lula también envió un mensaje a los países mas desarrollados, de los que dijo que deben «cumplir con su parte», porque a lo largo de la historia son «los más que más han devastado las selvas y los que más emiten gases contaminantes».
En ese marco, recordó que en 2009, en el marco de la ONU, los países más ricos se comprometieron a apoyar financieramente a las naciones menos desarrollados en la preservación del medioambiente.
«Nunca fue cumplido», declaró Lula, quien criticó que «los países ricos a veces prometen lo que no quieren o no pueden dar», pero al mismo tiempo destinan «millones de dólares» a «guerras que acaban con la vida de personas» y también afectan el medioambiente.
«Por eso, promover la paz también es cuidar del planeta», afirmó.
Asimismo, renovó el compromiso de su Gobierno por avanzar en el desarrollo de energía renovables, que según dijo ya representan el 85 % de la matriz energética del país.
El acto incluyó un homenaje al periodista británico Dom Phillips y el indigenista Bruno Araújo, asesinados hace justamente un año en la Amazonía, donde investigaban amenazas de mafias que operan en esa región contra los pueblos indígenas.
«Bruno y Dom merecían estar aquí hoy. La mejor forma de honrarlos es probar que su lucha no fue en vano», declaró Lula.
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