El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para vencer en las elecciones de octubre próximo, prometió este jueves que si gana en los comicios del próximo octubre facilitará las investigaciones por corrupción, al tiempo que volvió a criticar la operación Lava Jato, la cual le condujo a prisión por 580 días.
EFE
«La corrupción solo aparece cuando uno permite que sea investigada y Gobierna de forma republicana. Ante cualquier hipótesis de crimen, por menor sea, esa persona será investigada, castigada o absuelta», declaró Lula en entrevista al Jornal Nacional del canal Globo, el informativo de más audiencia en el país suramericano.
El líder del Partido de los Trabajadores, quien fue impedido por la justicia de participar en las elecciones de 2018 tras ser condenado en segunda instancia, llegó a estar preso 580 días por corrupción, pero el Tribunal Supremo anuló los procesos al considerar que hubo un error procesal.
«Yo podría haber escogido un procurador que archivase los procesos o un jefe de la Policía controlado por mí y no lo hice, o hacer un decreto de sigilo de cien años para mí y para mis hijos», subrayó Lula, en una referencia velada al presidente Jair Bolsonaro, quien busca su reelección y a quien acusó de «parecer el bobo de la corte».
«No quiero amigos en el Ministerio Público o en la Policía Federal. Veo maravilloso denunciar la corrupción», añadió.
Lula, que en los sondeos de intención de voto tiene una ventaja de entre diez y quince puntos porcentuales sobre el actual presidente, criticó la actuación e intervención del jefe de Estado en instituciones que combaten la corrupción.
«La Policía Federal tuvo en mi Gobierno la mayor libertad de la la historia», aseveró Lula, para quien la Operación Lava-Jato, que destapó un escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras y las grandes empresas constructoras, «se pasó del límite cuando entró en la política».
En la entrevista de 40 minutos, la tercera del noticiario con los aspirantes a la Presidencia, Lula defendió la alternancia en el poder, aunque, al ser cuestionado, evitó criticar las «dictaduras» en países amigos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en Latinoamérica.
«Para un demócrata se necesita respetar la autodeterminación de los pueblos. Cada país cuida de su propia nariz, pero nadie es imprescindible ni insustituible», resaltó.
«Soy favorable a la rotación, a la alternancia de poder, no importa que tenga uno de izquierda, después otro de derecha o uno de centro», agregó el exmandatario, quien prometió también que su eventual triunfo «Brasil va a ser amigo de todo mundo».
Las «tres palabras mágicas» de su Gobierno, expresó Lula, serán: «credibilidad, previsibilidad y estabilidad».
En cuanto a la polarización de la actual campaña, consideró que la misma es «saludable y estimulante», aunque advirtió que en caso de llegar nuevamente al poder dialogará con todo el Parlamento y no hará el papel de «bobo de la corte» de Bolsonaro, quien, a su juicio, «no manda nada, no cuida del presupuesto y es rehén del Congreso Nacional».
Como ocurrió el lunes, durante la primera entrevista del mismo canal a Bolsonaro, en varias ciudades del país se escucharon cacerolazos en protesta a Lula, como los registrados en redes sociales en algunos barrios de Sao Paulo (sureste), Camboriu (sur) y Salvador y Recife (noreste).
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