En un creciente clima de malestar social y de oposición al presidente Mauricio Macri, manifestantes instalaron el miércoles 11 de septiembre ollas de comida en Buenos Aires y otras ciudades argentinas en reclamo de más ayuda para los comedores públicos que alimentan a gente sin recursos.
Varios puntos de la capital fueron ocupados por militantes de organizaciones sociales en otra jornada de protestas que se han exacerbado luego de la contundente derrota que sufrió Macri ante el kirchnerista Alberto Fernández en las primarias de agosto de cara a las generales del 27 de octubre, en las que la reelección del mandatario está en duda.
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Los manifestantes, que montaron ollas donde cocinaban y ofrecían alimentos en la Plaza de Mayo frente a la casa de gobierno, exigen una ley que contemple el incremento de las partidas para los comedores comunitarios instalados en distintos barrios y en instituciones religiosas y educativas. Su plan es acampar en las calles hasta que el Congreso apruebe una norma que declare la “emergencia alimentaria” en una sesión especial que ha sido convocada para el jueves a instancias de la oposición.
“Sin trabajo no se come”
Los grupos políticos y sociales izquierdistas y kirchneristas también reclaman una mejora de los programas de ayuda social que reparte el gobierno y aumentos salariales.
“Sin trabajo no se come” y “Quién vive con 7.500 pesos (131 dólares). Aumento salarial ya”, rezaban algunas de las enormes pancartas atadas a las rejas que circundan uno de los monumentos de la céntrica plaza, escenario de constates protestas.
En tanto Macri, un conservador que asumió el poder en 2015, dijo en un acto oficial que intenta llevar “estabilidad y tranquilidad a la mesa de los argentinos” y enumeró algunas medidas tomadas para aliviar el bolsillo de los trabajadores como la ampliación de una lista de productos con precios congelados y la eliminación del IVA en algunos alimentos.
También señaló a periodistas que su administración está dispuesta a dialogar con la oposición para ampliar los alcances de la legislación vigente desde hace años para atender situaciones de emergencia social.
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Un proyecto de ley para mejorar la ayuda alimentaria para los más humildes que ha sido consensuado por bloques opositores propone un aumento del 50% de las partidas y su actualización cada cierto tiempo con un mecanismo que tenga en cuenta la inflación.
Los reclamos de distintos sectores se incrementaron al calor del abrupto aumento del precio de los alimentos causado por una devaluación del peso del 25% desde la derrota del presidente en las primarias. En Argentina las devaluaciones conllevan automáticamente una disparada de los precios. Según economistas, la inflación superará el 50% este año.
El cimbronazo cambiario se debió en gran parte al temor de los inversores al regreso al poder del populismo kirchnerista y sus políticas de mayor intervención en la economía.
En julio la canasta básica alimentaria registró un aumento de 57,3% respecto del mismo mes de 2018, según las últimas cifras oficiales. Este indicador es clave en la medición de la pobreza, que afecta a más del 32% de la población
La emergencia alimentaria es reclamada además por la Iglesia católica y candidatos presidenciales de la oposición.
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