Las Fuerzas Armadas y la Policía de Ecuador se han incautado de 20.009 explosivos en operaciones contra el crimen desarrolladas desde hace 51 días, cuando el 9 de enero el Gobierno declaró un estado de excepción para intentar frenar la ola de violencia que se desató en las cárceles y que saltó a las calles del país a principios de año.
EFE
Además, las fuerzas de seguridad, en las operaciones conjuntas, han decomisado 64,3 toneladas de drogas, 3.371 armas de fuego, 4.317 armas blancas, 215.834 municiones y 1.382 cargadores de balas.
En total, se han ejecutado 134.908 operaciones contra el crimen organizado, 182 de ellas contra grupos denominados terroristas, al amparo del «estado de excepción» y del «conflicto armado interno» decretados por el Gobierno para frenar la violencia.
Así lo informó este miércoles el Ejecutivo, que junto a Policía y Fuerzas Armadas lleva adelante la ejecución del denominado ‘Plan Fénix’ contra la violencia.
En las operaciones han fallecido tres agentes de la Policía en el cumplimiento de su deber y no se han registrado bajas en las filas castrenses, añadió el Gobierno.
Asimismo, indicó que se han decomisado 979 vehículos, 1.208 motocicletas y 28 embarcaciones; además de 265.428,14 dólares y 91.668 galones de combustible (unos 346.981 litros).
Durante el periodo excepcional las fuerzas de seguridad han abatido a 12 sujetos identificados como terroristas y detenido a 10.763 personas, 268 de ellas bajo cargos de terrorismo.
Y es que, al declarar el «conflicto armado interno», el Gobierno identificó a al menos 22 grupos de delincuencia organizada como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes.
Así, el Ejecutivo abrió una puerta legal para que las Fuerzas Armadas junto con la Policía actúen con todos sus recursos para neutralizar a las bandas de delincuencia que, según las autoridades, tiene vínculos con bandas transnacionales del crimen.
La espiral de violencia se desató justo después de que el presidente Noboa anunciara su decisión de poner en marcha el ‘Plan Fénix’, con el objetivo de recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por las bandas criminales, cuyas rivalidades han dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Esa violencia también se trasladó a las calles hasta convertir a Ecuador en uno de los países más violentos en 2023, con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes.
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