Los venezolanos continúan buscando seguridad en Aruba y Curazao como resultado del empeoramiento de la situación política, socioeconómica y de derechos humanos en Venezuela causada por el régimen de Nicolás Maduro, según el más reciente reporte de la organización R4V (Response for Venezuelans), que promueve medidas de atención a los refugiados venezolanos.
Por Angela Peña – Primer Informe
De acuerdo al último censo, residen un total de 44,500 en Aruba y Curazao, una buena parte de ellos inmigrantes que perdieron el estatus legal y luchan por incorporarse a la vida económica y social de ambas islas. Sin embargo, los recursos son limitados, y ambos gobiernos están solicitando fondos a Estados Unidos para ampliar los beneficios a los venezolanos residentes.
Según el reporte, dado a conocer el pasado 2 de abril, “los refugiados y los migrantes de Venezuela siguen arriesgando peligrosos viajes en barco para llegar a ambas islas, exponiéndolos a riesgos de muerte en el mar, contrabando y trata de personas, así como a detención y deportación”.
Parlamentarios de Aruba, Curazao y los Países Bajos discutieron la situación de los venezolanos en las islas holandesas del Caribe durante las Consultas Interparlamentarias del Reino (IPKO) que se convocaron en Curazao los días 7 y 8 de enero pasado.
Un representante de la Plataforma R4V realizó una sesión informativa previa a la sesión para que los parlamentarios discutieran cuestiones relacionadas con la situación venezolana, incluidas las condiciones de detención, las deportaciones colectivas y el papel de las Naciones Unidas y las ONG locales en la prestación de asistencia.
Situación en Aruba
La cantidad de venezolanos en Aruba al cierre de 2019 era de 17 mil. Se estima que para fines de 2020, la cifra aumentará a 21 mil residentes.
Los venezolanos han continuado migrando a Aruba en busca de seguridad, como resultado de serias amenazas a sus vidas, seguridad, libertad y otros riesgos significativos de protección que enfrentan en su país de origen.
Las preocupaciones sobre el creciente número de refugiados y migrantes que llegan a Aruba, a pesar del cierre de la frontera entre los dos países y la interrupción de los vuelos directos, han llevado a la introducción de un requisito de visa para los ciudadanos venezolanos, que se comenzó a implementar en abril de 2020.
Si bien la mayoría de los venezolanos llegaron a Aruba a través de una visa formal o un permiso inicial, muchos han excedido sus visas o permisos y, como resultado, son irregulares en el país. Algunos refugiados y migrantes de Venezuela también llegan a Aruba en barco a través de rutas migratorias irregulares que los exponen a peligrosos viajes por mar y a graves riesgos de protección. Muchos venezolanos a menudo luchan por regularizar su estadía y al hacerlo, pueden ser detenidos y/o deportados.
La falta de documentación y estatus legal ha obstaculizado el acceso de los venezolanos a servicios básicos como la atención médica y les impide acceder a oportunidades formales de empleo y medios de vida. Otros desafíos para acceder a la educación y otros servicios, incluyen las barreras del idioma, la falta de información y los costos asociados, incluido el transporte.
Teniendo en cuenta el tamaño y la capacidad de absorción limitada de Aruba, una mayor atención a la integración, especialmente las iniciativas de cohesión social, así como las oportunidades de medios de vida para los venezolanos son una prioridad para fomentar la convivencia pacífica y mejorar la autosuficiencia y la contribución de los venezolanos al país anfitrión.
Dificultades
“El flujo masivo comenzó hace tres años. Entretanto, son el 13% de la población. «Hasta hora hemos podido absorber el flujo. Pero si no hacemos algo, dentro de un año vamos a estar en serios problemas”, dijo Guillfred Besaril, ministro plenipotenciario de Aruba ante el Reino de los Países Bajos.
¿Problemas? “Sí. En la construcción de viviendas, por ejemplo. Somos una isla, estamos rodeados de agua, no podemos sacar más terrenos. Tenemos un solo centro médico, no podemos asegurar el cuidado médico de más población”, explica Besaril.
«Nuestro mercado laboral también es muy limitado”, sigue el político caribeño. «Siempre hemos acogido a la comunidad latina –de Colombia, de Perú, de Santo Domingo. En el ramo de la construcción y la hotelería había cupo. Hoy, todos esos puestos están copados por venezolanos”, agrega.
Ha medida que ha aumentado la población venezolana en Aruba y Curazao, han incrementado los reportes de maltratos y deportaciones.
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