En una polémica entrevista publicada ayer Meghan Markle y el príncipe Enrique relataron su dramática salida de Inglaterra, alegando racismo en la familia real y una campaña de mentiras contra Meghan. El hecho revela la crisis general que vive la monarquía en el mundo y pone nuevamente en el foco de las críticas a la familia real de Reino Unido.
Por El Espectador
El otro ejemplo caliente es el de España, donde el Rey emérito Juan Carlos I, quien está cercado por tres investigaciones judiciales. La principal, abierta por la justicia española luego de una investigación lanzada por su homóloga suiza, busca determinar si el rey cobró una comisión por la adjudicación a un consorcio de empresas españolas en 2011 de un contrato de un tren de alta velocidad en Arabia Saudita.
Tras la lluvia de críticas en redes sociales y medios locales e internacionales, la familia real británica ahora tendrá que maniobrar para no hundirse tras las revelaciones de Enrique y Meghan. Estas fueron algunas de sus declaraciones:
“Sabía que si no lo decía, lo haría. Y yo … simplemente ya no quería vivir más. Y ese era un pensamiento constante muy claro, real y aterrador”, señaló Meghan.
Meghan, hija de padre blanco y madre negra, reveló las preocupaciones de su familia sobre el tono de piel que tendría su hijo Archie, así como la seguridad a la que tendría derecho, antes de su nacimiento el 6 de mayo de 2019. “En esos meses en que estaba embarazada (…) tuvimos una serie de conversaciones sobre que ‘no se le daría seguridad, no se le daría un título’ y también preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera”, dijo.
Meghan negó de plano haber hecho llorar a Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo, antes de su matrimonio con Enrique, afirmado que todo fue una fabricación. “Todos en la institución sabían que no era cierto. Ocurrió lo contrario, unos días antes de la boda, estaba molesta por algo (…), sobre los vestidos de flores de niña, y eso me hizo llorar y realmente hirió mis sentimientos”.
Para Meghan, el incidente fue un punto de inflexión en sus relaciones con la familia real. “Sabían que no era cierto. Y pensé, bien, si van a matar así las cosas, entonces ¿qué podemos hacer? Comprendí no solo que no estaba siendo protegida sino que estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia”.
“Tenemos mucho trabajo por hacer, ¿sabes? Me siento realmente decepcionado, porque él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor”, dijo por su parte Enrique, recordando la crisis que derivó en el divorcio de sus padres.
“Mi padre y mi hermano están atrapados. No pueden irse. Y les tengo una gran compasión por eso”, afirmó Enrique.
“Me entristece que haya pasado lo que pasó, pero me siento cómodo sabiendo que hicimos todo lo que pudimos para que funcionara”, remató el príncipe.
“Tener un niño y luego una niña, ¿qué más podemos pedir?”, se regocijó el príncipe Enrique, tras afirmar que no esperaban tener más hijos.
“Y ahora, como estamos del otro lado, no solo hemos sobrevivido, sino que estamos prosperando”, agregó Meghan.
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