Tras la fachada de empresas de seguridad privadas, Rusia despliega fuerzas militares por el mundo para expandir su influencia y defender sus intereses.
Por Primer Informe
Actualmente, hay presencia de mercenarios rusos en al menos 30 países de cuatro continentes. La mayor demostración de ese fenómeno. La invasión rusa de Crimea, en Ucrania fue solo un ensayo de lo que se venía tuvo en Ucrania, en 2014, su primer ensayo.
Vladimir Putin emplea a esos ejércitos privados como un medio con el que “ejecutar sus objetivos políticos y hacer avanzar los intereses de seguridad nacional rusos en todo el mundo”.. señala en un informe reciente el Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
Las llamadas empresas de seguridad que contratan a los mercenarios están en manos de oligarcas aliados de Putin.
El Grupo Wagner es un caso arquetípico. Yevgeni Prigozhin, el propietario de esa empresa, es muy cercano a Putin y ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos.
Uno de sus principales cometidos es de apuntalar la política exterior rusa y ampliar su influencia a nivel mundial, puesto que gracias a los mercenarios Moscú puede apoyar a determinados países o socios.
El grupo Wagner, uno de las empresas de mercenarios más importantes de Rusia, es propiedad e Yevgeny Prigozhin (a la izquierda en la imagen), un oligarca aliado de Putin.
Desde el punto de vista militar, dadas las capacidades de estos mercenarios (generalmente antiguos miembros de las fuerzas de seguridad), se puede reforzar a aliados, al tiempo que se establece presencia militar en escenarios donde no la había.
Incluso se llega a alterar el equilibrio de poder en conflictos determinados “mientras se mantiene un grado de negación plausible por parte del Kremlin”, destacan los autores.
Además, los mercenarios son más prescindibles y su uso es menos arriesgado que el despliegue de soldados rusos. Especialmente en caso de que mueran en combate o durante misiones de entrenamiento.
Los efectivos de las empresas de seguridad se han convertido también en una fuente para recabar información de Inteligencia, además de poder llevar a cabo un cabo acciones encubiertas y actividades clandestinas, según el CSIS.
Por otra parte, las empresas de mercenarios y las firmas vinculadas a ellos en materia de energía, minas, seguridad y logística ofrecen también al Gobierno ruso una vía para “ampliar su influencia comercial y económica en los países en desarrollo y construir nuevos flujos de ingresos , en especial del petróleo, el gas y la extracción de minerales, para reducir el impacto de las sanciones ”, resalta el informe.
Con información de Europa Press.
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