La pandemia de la COVID-19 en México ha sumido a la economía nacional en un profunda crisis y en el caso de que el Producto Interno Bruto (PIB) tenga una caída mayor al 6%, así como que la tasas de desempleo continúen en aumento, el país corre el riesgo de perder los avances que se lograron en materia de pobreza entre el 2008 y 2018.
Esta es una advertencia que dio a conocer el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), José Nabor Cruz Marcelo, en una entrevista con el diario El Universal, en donde también destacó que esta emergencia sanitaria dejará como resultado a 10 millones de nuevos pobres.
Y es que hasta el momento, señaló, ya ha habido una reducción de tres puntos porcentuales en la pobreza extrema, por lo que “sí corremos el riesgo de que pudieran detenerse esos avances o, inclusive, perderse un porcentaje de ellos”, dijo, para después explicar que los sectores más afectados tendrán relación con el rezago alimentario y la seguridad social.
Sobre el segundo aspecto destacó que las carencias en ese terreno son producto de la informalidad que ha permeado en el país a lo largo de los años “y seguramente habrá un incremento de empleos informales, debido a la pérdida de los trabajos” durante este periodo, explicó.
En medio de esta crisis, algunos de los sectores que podrían padecer de manera más relevante los impactos de la desigualdad y la pobreza, apuntó Nabor Cruz, serán las mujeres, las comunidades indígenas en toda la nación, así como los menores de edad.
Cabe recordar que el canciller Marcelo Ebrard ya había planteado esta posibilidad durante el conservatorio virtual “Derechos humanos de las mujeres: retos ante la COVID-19”, organizado por el Senado de la República hace unos días, aunque su pronóstico no se reservaba únicamente a México, sino a toda la región latinoamericana.
“Es la más grave (crisis) que hemos vivido en nuestra generación, ya en curso, por un resultado incierto. Vemos que ante la tensión que genera la situación económica y social se está ensanchando la pobreza aceleradamente. Lamento decirles que vamos a perder lo poco que hemos avanzado, cuando menos en América Latina, en los últimos años en materia de pobreza”, comentó el funcionario.
Por lo tanto, para mitigar los efectos adversos de estos fenómenos, Nabor Cruz puntualizó que no es necesario plantearse un rediseño de los programas sociales, sino que se debe ampliar su cobertura “en el muy corto plazo”, con el fin de que alcance a más personas que antes no había contemplado.
La experiencia de México ante las crisis económicas no ha sido la mejor, ya que en el caso de las sucedidas en 1994-1995 y 2008-2009, tardó ocho años en regresar a los niveles de pobreza anteriores a estos periodos.
“Lo que va a condicionar los efectos negativos en el ámbito económico y en los temas de pobreza es lo que tarde nuestra economía en recuperar no sólo los empleos perdidos, sino también la dinámica de un mercado laboral que continúe disminuyendo progresivamente los empleos informales con un incremento de su salario mínimo”, detalló.
Uno de los elementos más relevantes durante esta crisis económica ha sido la necesidad de un confinamiento social tan amplio, elemento que complica el hecho de saber cuál sería la velocidad de recuperación de la economía, por lo que será necesario tener en cuenta factores externos, como la economía mundial, la volatilidad de los mercados o incluso el tipo de cambio.
Asimismo, destacó que implementar medidas de aislamiento una vez más ante un rebrote de la enfermedad, podría llevar al país a un escenario muy negativo en lo referente a niveles de pobreza.
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