Una minoría considerable de personas cree en teorías de conspiración sobre el coronavirus y las vacunas de COVID-19, según advierten algunos expertos, justo cuando los países se preparan para lanzar inoculaciones masivas para controlar la pandemia.
Reuters
Reino Unido comienza su programa de vacunas esta semana y es probable que otros países lo sigan pronto, por lo que los Gobiernos están tratando de convencer a la gente sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas para conseguir una masa crítica que las tome.
En Estados Unidos, el presidente electo Joe Biden dijo que recibiría la vacuna contra el coronavirus para demostrar públicamente su seguridad, y aludió a la gente que está perdiendo la fe en la capacidad de la vacuna para funcionar.
“Lo que estamos viendo es que, con la pandemia, las creencias conspiratorias pueden haberse convertido en la corriente principal, que ya no están confinadas a los márgenes”, dice a Reuters Daniel Freeman, profesor de psicología clínica de la Universidad de Oxford.
“Alrededor de una cuarta parte (de la población de Reino Unido) está contemplando estas ideas. Otra cuarta parte piensa constantemente en términos de ideas conspiratorias, y alrededor de una de cada 10 personas parece tener una tasa muy alta de aprobación de las teorías conspiratorias”.
La Organización Mundial de la Salud estima que es necesaria una tasa de cobertura de vacunas del 65-70% para alcanzar la inmunidad de la población a través de la vacunación, aunque la idea de la inmunidad de manada supone que una vacuna previene la transmisión, no solo la enfermedad en sí.
Una encuesta realizada en Reino Unido el mes pasado mostró que casi dos tercios de las personas se vacunarían contra la enfermedad. Sin embargo, muchos han expresado su inquietud por la velocidad con la que las empresas han desarrollado los fármacos para combatirla, y por los posibles efectos secundarios.
Según los datos publicados de los ensayos de vacunas obtenidos en lo que va de año por Moderna, la alianza BioNTech-Pfizer y AstraZeneca, los efectos secundarios no han sido graves ni duraderos.
Algunos también creen en afirmaciones infundadas difundidas por Internet, como que la pandemia fue creada por los Gobiernos para controlar a la población o que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, quería utilizar las vacunas para insertar microchips rastreables en las personas.
En una reciente protesta en el centro de Londres, cientos de personas gritaron eslóganes contra las medidas de confinamiento y las vacunas de COVID-19.
Una manifestante, Michelle, dijo que la pandemia era un “engaño”. “Es un encubrimiento para reconfigurar toda la economía”, gritó.
PARANOIA
Leila Hay, una estudiante universitaria de la ciudad de Hull, en el norte de Inglaterra, dice que terminó creyendo algo de lo que leyó en línea sobre las vacunas y la pandemia, aunque ahora dice que no tiene ningún fundamento.
“Miraba muchos grupos, estaban abiertos, para que cualquiera entrara, eran muy públicos y tenían muchos seguidores”, recuerda la joven de 19 años.
Algunas de las teorías que una vez propugnó Hay se difundieron a través de QAnon, una plataforma que se ha convertido en una teoría conspirativa paraguas que abarca información errónea sobre temas que van desde los aterrizajes extraterrestres hasta la seguridad de las vacunas.
Los seguidores de QAnon dicen que el llamado Gran Despertar viene a traer la salvación.
“Te vuelve muy paranoica porque piensas que todo el mundo está en tu contra, que el sistema está en tu contra y que el Gobierno está en tu contra”, dice Hay.
“Me preparaba constantemente para el peor de los escenarios, como si un nuevo orden mundial fuera a suceder.”
Tom Phillips, editor de la organización benéfica Full Fact, dice que los rumores y la información falsa durante las pandemias es una constante en la historia de la humanidad.
“Lo que ha hecho la tecnología es que les ha permitido propagarse mucho más rápidamente y mucho más internacionalmente de una manera que no tiene precedentes”, dijo.
“Los rumores pueden comenzar en Italia un día y pueden atravesar varios continentes unos días después, como hemos visto que ha sucedido varias veces”.
Freeman, el profesor de la Universidad de Oxford, dice que le ha sorprendido la cantidad de gente que alberga ideas infundadas.
“Creo que el pensamiento conspirativo puede ser pernicioso. Y, ya sabes, es un momento en el que todos necesitamos unirnos y las creencias conspirativas normalmente dividen.”
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