Con la exhibición de un lienzo de tela con ojos bordados en homenaje a los heridos oculares en las protestas de Chile, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos del país inauguró este miércoles un ciclo artístico sobre el estallido social, cuando se cumplen dos meses de su inicio.
El museo, que nació bajo la presidencia de Michelle Bachelet en 2010 para visibilizar las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), presentará nuevas intervenciones los días 18 de cada mes hasta octubre de 2020.
La obra inaugural, titulada «Borda sus ojos», es una pieza colectiva que reúne 875 telas bordadas de ojos que unidas conforman un gran lienzo en homenaje a las más de 350 víctimas por lesiones oculares que se contabilizan desde el inicio del estallido social, y que presuntamente han sido causadas por la acción represora de las fuerzas del orden durante las manifestaciones.
La iniciativa ideada por Lily Urzúa y Aria Jerez, ambas de 21 años, comenzó con una convocatoria a través de redes sociales que terminó aunando piezas de tela provenientes de todas las regiones de Chile e incluso del extranjero, de Argentina, Brasil y Estados Unidos.
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Aria Jerez explicó a Efe que su intención era «mostrar su rechazo hacia las lesiones oculares» y que la alta participación obtenida en el proceso creativo da cuenta de que «era un sentimiento colectivo, que era algo que estaba afectando a nivel país».
El director ejecutivo del Museo de Memoria y los Derechos Humanos, Francisco Estévez, se refirió a la pieza artística de las jóvenes autoras como una obra que revela «la sensibilidad de una nueva generación que se da cuenta de que hay que resistir culturalmente aparte de participar en las movilizaciones sociales».
El museo que actualmente cuenta con material videográfico y documental sobre la dictadura de Augusto Pinochet pretende dar cuenta de las presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas en el contexto de las movilizaciones y que han sido denunciadas por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos humanos (CIDH) y organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW).
Según explicó a Efe el director de la institución, el museo es «un espacio de resistencia cultural» y su misión es acoger a las personas que están levantando su voz para oponerse a «un sistema de profundas desigualdades y particularmente denunciar las violaciones de los derechos humanos en este tiempo».
EFE
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