El tráfico de fentanilo, la captura de Ovidio Guzmán, la migración récord y la política energética mexicana tensarán la Cumbre de Líderes de América del Norte que desde este lunes alberga México, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador afronta uno de sus mayores retos en política exterior.
Pedro Pablo Cortés / EFE
La detención del hijo de Joaquín «el Chapo» Guzmán y la nueva política migratoria de EE.UU., ambas anunciadas el jueves pasado, marcan el primer viaje a México del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera visita del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante el Gobierno de López Obrador.
”La coyuntura es muy importante. El Gobierno mexicano pretende plantear una agenda en defensa de la soberanía, en defensa de la autosuficiencia energética, en favor de las comunidades más oprimidas, de mejorar los flujos laborales», expone a EFE el profesor investigador José María Ramos, del Colegio de la Frontera Norte (Colef) de México.
EL HIJO DEL CHAPO Y LAS DROGAS
La primera reunión desde noviembre de 2021 de «Los Tres Amigos», como se conoce a este grupo, sucederá en medio de la polémica por el arresto de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del Chapo más buscados por EE.UU. y cuya detención derivó en actos violentos que dejaron 29 muertos en Sinaloa, en el noroeste de México.
El presidente López Obrador ha negado que el operativo tenga que ver con la cumbre, pero Estados Unidos y Canadá han intensificado las alertas por el narcotráfico, en particular del fentanilo, droga sintética elaborada en México con precursores químicos traídos de China.
«Actuamos con autonomía, con independencia. Sí, hay cooperación, y la va a seguir habiendo, pero las decisiones las tomamos como Gobierno soberano, independiente», afirmó el viernes López Obrador, quien ha limitado la presencia de agencias estadounidenses como la DEA.
Los Gobiernos de López Obrador y Biden lanzaron un Acuerdo Bicentenario para redefinir la estrategia de seguridad conjunta en 2021, pero «los avances han sido limitados» porque Estados Unidos ha priorizado la migración, consideró Ramos.
Mientras que la internacionalista Jessica de Alba mencionó que «a la luz de lo acontecido», el tema de seguridad «será crucial» en la cumbre.
«Curioso que hay detenciones antes de las visitas. Pero el tráfico, creciendo, y la estrategia general, ausente», opinó la profesora investigadora de la Universidad Anáhuac.
LA MIGRACIÓN RÉCORD
El encuentro también estará marcado por la nueva política migratoria de Estados Unidos, que el jueves anunció que acogerá a 30.000 migrantes al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, pero deportará de inmediato a México, al resto que llegue ilegalmente por vía terrestre.
La región vive un flujo migratorio récord con 2,76 millones de migrantes detenidos en la frontera de Estados Unidos con México en el año fiscal 2021.
”Estados Unidos requiere que México fortalezca más la contención migratoria, yo creo que es un tema que se va a negociar, EE.UU. quiere que México lo apoye, sin embargo, lo que estamos viendo en estos últimos meses es un éxodo en el que México ha planteado una flexibilidad», apuntó Ramos.
Mientras que De Alba advirtió que el Gobierno de México usa la migración como «moneda de cambio».
”No creo que vayan a resolver el tema migratorio en la cumbre trilateral porque es el único tema que el Gobierno mexicano toma como rehén para que Estados Unidos no ejerza una mayor presión sobre los otros, como el energético, el agrícola con el tema del maíz y la seguridad», expone.
TENSIONES EN COMERCIO Y ENERGÍA
Del lado económico, el encuentro llega en medio de las consultas energéticas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en las que Washington y Ottawa han cuestionado la política nacionalista mexicana que favorece a las empresas del Estado.
Tanto Biden como Trudeau afrontan presiones en sus países para persuadir a López Obrador de cambiar su política energética.
El profesor del Colef cree que «Biden ha sido complaciente» y «parecería que hay interés de ambos presidentes de no llegar a los paneles de controversia» dentro del T-MEC.
Estos desacuerdos comerciales suceden mientras López Obrador insiste en que presentará una estrategia de sustitución de importaciones para la región y la integración económica de América, algo que no tiene «ninguna base», según De Alba.
”Ojalá viéramos algo con un poco más de sustancia en estas cumbres porque, si bien es importante que haya estas reuniones, no son el foro para proponer cosas irreales, sino realmente para ponerse serios en el tema de competitividad e inversión en América del Norte“, concluye.
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